LA PROBLEMÁTICA DEL ORIGEN DE LOS IBEROS SEGÚN LA SECUENCIA
GENÉTICA DE LOS RESTOS HUMANOS.
EDUARDO
ARROYO PARDO.
EVA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ.
Dpto. Toxicología y Legislación Sanitaria.
Universidad Complutense. Madrid.
ARTURO OLIVER FOIX
Museo de BB.AA. Castellón.
Resumen.
La presencia de restos humanos de personas adultas en el yacimiento ibérico del
Puig de la Nau de Benicarló, ha permitido la identificación del ADNmt correspondiente, a través
del cual se ha constatado la pertenencia de los individuos analizados al haplogrupo V que se
encuentra actualmente en el País Vasco y en Escandinavia. Abstract.
The presence of human adult remains in the Puig de la Nau of Benicarló Iberian
settlement, has permitted the identification of the corresponding mtDNA, through which it has
been established that the analyzed individuals belonged to the haplogroup V, a group also found
nowadays in the Basque Country and Scandinavia.
El erudito alemán Alexander von Humboldt
ya en 1821, basándose en el interés que se había mostrado en el siglo XVIII por el problema
denominado vascoiberismo, consideró que los iberos eran los descendientes de los vascos. Con
ciertas matizaciones esta teoría fue defendida por A. Schulten, pues consideraba a los iberos
como procedentes de África, y que su perduración se encontraba entre los vascos. La teoría
tenía como base la cuestión lingüística planteada en 1804 por L. Hervas Pandero. Cuestión que
fue recogida a mediados del siglo XX, y después de décadas de olvido, especialmente por autores
como R. Menéndez Pidal, P. Beltrán Villagrasa, A. Tovar, J. Caro Baroja y D.
Fletcher.
Otras teorías sobre el origen étnico de los iberos, situaban su punto de partida en el
ámbito atlántico y americano, como es el caso de L. d'Abartiague y Parmentir. La procedencia
asiática, ya sea anatólica o mesopotámica, era una hipótesis que se desarrolló a finales del siglo XIX
y principio del XX. Una propuesta más cercana es la de E. Phillipon quien les da un origen ligur.
Estas propuestas se quedan en la mera anécdota historiográfica, siendo la de P.
Lemiere, realizada en 1881, quien defiende un origen encontrarnos con una cultura prácticamente
formada, en donde las "ciudades estado" serían la base social y organizativa de los grupos
humanos, quedando conceptos como el de "pueblo" "gens" o "tribu" de los que nos hablan las fuentes
escritas, es el caso de los edetanos, turdetanos, cessetanos, etc., sin saber su definición exacta y
su relación entre ellos.
Durante las últimas décadas del siglo XX
las premisas del materialismo histórico y de la arqueología procesual que se encuentran en boga
entre los arqueólogos españoles, alimentan aún más las teorías sobre el autoctonismo y el
desarrollo lineal de las diferentes culturas de un espacio geográfico determinado, alejando así los
planteamientos que tenían como base la emigración de grandes o pequeños grupos humanos.
No obstante, últimamente dentro de la
arqueología y la antropología se vuelven a plantear teorías que aceptan desplazamientos de grupos
humanos como factor determinante para los cambios culturales, pero en este caso los
desplazamientos son a una escala diferente a la que se había planteado hasta entonces. La propuesta
ha sido retomada de vez en cuando por algunos investigadores de la Cultura Ibérica, así F. Burillo
y I. Aguilera y I. Royo plantearon una aportación de población transpirenaica en la zona del valle
medio del río Ebro (Aguilera, Royo, 1978; Burillo, 1980) y desde otras zonas más iberizadas
(Burillo, 1980), no obstante, F. Burillo en trabajos posteriores rechaza la hipótesis invasionista (Burillo,
1989-90), al igual que también rechaza que algunos cambios sociales y culturales se produzcan
por el desplazamiento de grupos humanos desde la costa al interior del valle del Ebro (Burillo,
2001-2002). Este desplazamiento de grupos de gente de la costa hacia el interior, como
justificación de una serie de cambios localizados a través de la arqueología, también ha sido apoyado
por otros investigadores (Arteaga et al., 1990; Tramillas, Alfranca, 1995).
Recientemente se vuelve a apuntar desplazamientos humanos, en este caso desde el
sudeste al nordeste, para justificar la rápida aparición de la Cultura Ibérica en Cataluña
(Sanmartí, Santacana, 2005).
Estas propuestas de emigraciones desde zonas cercanas aunque fueran ciertas,
seguramente no afectarían a cambios antropológicos en la zona de recepción de los emigrantes.
Los nuevos planteamientos a la hora de hablar de las características antropológicas de
los iberos, pueden cambiar debido a que existen nuevas teorías a partir de bases empíricas más
seguras, dejando de ser este tipo de propuestas meras elucubraciones. Las metodologías
biológicas recientemente incorporadas a la arqueología, han podido aprovechar los pequeños fragmentos
óseos localizados en las urnas de cremación para al menos, conocer edades, sexo y patologías,
aunque en gran parte de las muestras resultan infructuosos los análisis metrológicos y/o
oculares. No obstante, las técnicas de la antropología forense que a partir de los años ochenta se han
aplicado a las cremaciones por investigadores especializados en el tema, han dado estupendos resultados para el conocimiento antropológico de
los iberos (Gómez, 1996; Miguel, 200).
Actualmente se está iniciando una nueva
etapa metodológica con la aplicación de los análisis genéticos para obtener el ADN de los restos
óseos procedentes de los yacimientos ibéricos.
Con esta nueva técnica podremos definir
secuencias que nos indiquen el haplotipo al que pertenece el individuo analizado, así como obtener otros resultados que completen el estudio
antropológico, como es el caso del sexo, relaciones familiares, relación entre diferentes grupos humanos
y procedencia geográfica, así como la actual situación del haplotipo detectado en las muestras.
Indudablemente nos volvemos a encontrar con la
problemática de la cremación, ya que ésta destruye la secuencia de ADN, y no permite obtener
ningún tipo de resultado. Sin embargo, aunque no es frecuente, en las diferentes memorias
arqueológicas que se publican, vemos como poco a poco van apareciendo algunos restos
humanos en los propios lugares de hábitat ibéricos (Oliver, 1995; 2006). Estos restos,
normalmente fragmentos de cráneo o de las extremidades, presentan una problemática social y ritual de la
que no vamos a tratar aquí, ya que de ellos nos interesa de momento, la posibilidad de obtener
muestras para la obtención de las secuencias del ADN correspondiente. Hasta el día de hoy, estos
estudios se han realizado en los restos procedentes de los yacimientos gerundenses de Mas
Castellar en Pontós, Puig de Sant Andreu y l'Illa d'en Reixach ambos en Ullastret (Sampietro,
Caramelli, et al., 2005), y en el yacimiento del Puig de la Nau de Benicarló, los cuales presentamos
en este estudio (Figura 1-3).
Figura 1: Vista del asentamiento del Puig de la Nau indicando los lugares en donde se han localizado restos humanos de
personas adultas.

Figura 2: Calle H del Puig de la Nau en cuyo nivel de
derrumbe había restos humanos de personas adultas.

Figura 3: Detalle del hallazgo de los restos humanos en la
calle H del Puig de la Nau.
METODOLOGíA EMPLEADA.
Limpieza y trituración de las muestras.
Las muestras se limpiaron en superficie
mediante óxido de aluminio a presión con una "arenadora" Sand-blaster Dentalfarm, modelo Base 1
Plus, con el fin de eliminar la capa más externa, y con ella parte de la suciedad procedente del
enterramiento y posibles moléculas de ADN contaminante.
Una vez realizada la limpieza, se irradiaron con luz ultravioleta (UV) durante 30 minutos
en el interior de una campana de flujo laminar.
Las muestras limpias fueron trituradas en
un molino refrigerado con nitrógeno líquido.

Figura 4: Tabla 1.
Extracción del material genético,
El polvo de hueso resultante de la trituración fue
lavado varias veces con EDTA 0.5M para eliminar el calcio y posteriormente incubado toda la
noche en solución de lisis con proteinasa K, para digerir las proteínas y liberar el ADN.
La extracción del ADN total se realizó
mediante un protocolo estándar Fenol/Cloroformo y se concentró con microconcentradores
Centriplus-30000.
Detección de inhibidores de la reacción de
amplificación.
Se realizó una prueba sencilla para detectar la
presencia de moléculas inhibidoras de la PCR, generalmente procedentes del entorno del
enterramiento o de la propia degradación del resto, y evaluar, por tanto, las posibilidades de éxito de
los análisis posteriores.
Para ello se prepararon reacciones de
PCR de 25µl de volumen final con 100ng de ADN fresco a las que se añadieron tres volúmenes
diferentes de cada uno de los extractos de ADN antiguo (5µl, 2.5µl y 1µl). El conjunto se amplificó
con cebadores específicos de la región hipervariable I (HVRI) del ADN mitocondrial. Los
resultados se visualizaron en geles de agarosa al 2%, interpretándose la ausencia o disminución de la
banda de amplificación como signo de la presencia de inhibición para dicha cantidad y dicho
extracto de ADN antiguo.
Cuantificación de ADN.
Previamente a su amplificación, y de la misma
manera que sucede con el ensayo de inhibición, resulta de gran interés para determinar las probabilidades de éxito en la obtención de
información genética de un determinado conjunto de muestras, realizar una cuantificación
específica del material genético que se desea amplificar. El material genético extraído de
restos antiguos, además de ser escaso, está muy fragmentado, lo que hace imposible en la mayor
parte de los casos la recuperación de fragmentos de ADN de tamaño superior a 300 pares de
bases.
Se estimó la cantidad total de ADN
extraído mediante espectrofotometría, empleando un "Nanodrop".
Amplificación del ADN mitocondrial.
La región objeto de estudio corresponde a un
fragmento de 244 pares de bases editadas de la Región Hipervariable I (HVSI) del ADN
mitocondrial (posiciones 16126-16369). Esta región fue seleccionada y copiada en dos amplificaciones
solapantes mediante la Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) usando cebadores
específicos que proporcionaban dos productos de amplificación de 133 y 112 pares de bases.
Los productos de amplificación se
secuenciaron en un secuenciador automático (ABIPRISM 3700). Las secuencias así obtenidas se
compararon con la secuencia consenso de Cambridge (CRS) (Anderson et al., 1981), la más
común entre la población Europea.
Determinación molecular del sexo.
La determinación molecular del sexo de las
muestras se realizó a través del estudio de una región del gen de la amelogenina, presente en
los dos cromosomas sexuales X e y, pero no 100% homóloga (Sullivan et al., 1993).

Figura 5: Tabla 2.

Figura 6: Tabla 3.
Mediante una amplificación con
cebadores específicos y una posterior visualización en un analizador de fragmentos
(ALF-Pharmacia), pueden distinguirse a simple vista los individuos masculinos de los femeninos, puesto que los
primeros presentarán dos picos y los segundos únicamente uno.
RESULTADOS.
En la Tabla 2 se resumen el tipo de pruebas
realizadas sobre cada muestra y los resultados obtenidos.
Detección de inhibidores de la reacción de
amplificación.
De las 17 muestras de Puig de la Nau en las que
fue evaluada la presencia de inhibidores de la PCR en los extractos de ADN, 14 presentaban
en los extractos algún tipo de poder inhibidor.
Esto supone un porcentaje de muestras con
inhibidores del 82.35%.
Determinación molecular del sexo.
Se intentó asignar el sexo a 8 individuos
neonatos (PB1-PB8). Para ello, se llevaron a cabo una media de 4.5 ensayos por muestra. En ninguno
de los casos se consiguió una amplificación positiva del gen de la amelogenina.
Amplificación del ADN mitocondrial.
Se intentaron amplificar dos segmentos de la
región hipervariable I del ADN mitocondrial en 9 individuos adultos. Para ello, se llevaron a cabo
una media de 2 ensayos por muestra para cada uno de los dos fragmentos.
Pudieron recuperarse secuencias
parciales del primer segmento en un individuo (PB23) y del segundo segmento en otros dos individuos
diferentes (PB14 y PB15).
La secuencia del primer fragmento
(posiciones 16126-16256) del individuo PB23 es idéntica a la secuencia consenso. Su frecuencia
en poblaciones actuales, según nuestra base de datos (Fernández, 2005) es de 27.49%.
Las dos secuencias del segundo
fragmento (posiciones 16256-16369) de los individuos PB14 y PB15 son iguales entre sí y presentan
dos posiciones mutadas respecto a la secuencia consenso. Esta secuencia no aparece representada en nuestra base de datos de secuencias de
poblaciones actuales, ni en otras bases de datos consultadas (mtDNA Population database
(Federal Bureau of Investigations, USA); mtDBHuman Mitochondrial Genome Database; Mitochondrial
ADN Concordance).
De acuerdo con la mutación 16298C,
estas dos secuencias pertenecen al haplogrupo V. Un haplogrupo se define como un grupo de
secuencias que comparten determinadas mutaciones y que derivan de una secuencia ancestral común. Estos haplogrupos se designan por
letras mayúsculas (A, B, C, etc.), y presentan una distribución específica en cada continente. Los
principales haplogrupos Europeos son: H, preHV, HV, I, J, K, T, U1, U2, U3, U4, U5, V
(Richards, et al., 2000).
DISCUSIÓN y CONCLUSIONES.
Preservación del ADN en las muestras
analizadas.
El fracaso en la obtención de marcadores
nucleares (gen de la amelogenina y cromosoma Y) y la reducida eficiencia de amplificación del
ADN mitocondrial se debe, probablemente, a dos factores mutuamente no excluyentes: 1) la
presencia de moléculas inhibidoras de la PCR en la mayor parte de los extractos, 2) la deficiente
preservación del material genético en los restos analizados.
La presencia de inhibidores ha sido
probada mediante la prueba de inhibición en la mayoría de los extractos obtenidos. Los niveles de
inhibición encontrados en ellos impiden la amplificación de su ADN por la técnica de
PCR, paso imprescindible para la obtención de resultados.
Este efecto es más significativo en los marcadores nucleares, puesto que el ADN de origen
nuclear es entre 1000 y 10000 veces menos abundante que el ADN mitocondrial. Es por ello que,
una vez estimado el contenido en inhibidores de los extractos, se centraron los análisis en el
estudio del ADN mitocondrial de aquellos sin poder inhibidor.
En cuanto a la preservación del material
genético, a priori es imposible saber con certeza si unos restos contienen o no ADN endógeno, sin
embargo, el tipo de muestra (hueso, diente, tejido...) y su estado de preservación externa puede
orientar de una forma bastante fiable. Múltiples estudios demuestran que la preservación del
material genético en las piezas dentales es mejor que en otros tejidos como el hueso
(Kurosaki et al., 1993; Degusta et al., 1994; Woodward et al., 1994; Oota et al., 1995; Zierdt et al., 1996).
Las muestras estudiadas en el presente trabajo correspondían, con un par de excepciones, a
huesos, generalmente largos. La microestructura de los huesos, carentes de una cubierta
protectora como el esmalte dental, favorece la penetración de suciedad del enterramiento. Para el
análisis de huesos largos, se requiere además de la obtención de secciones transversales
mediante serrado, lo que aumenta la manipulación de los restos y por tanto las probabilidades de
contaminación.
Relación de parentesco.
Los resultados obtenidos únicamente
permiten inferir relaciones de parentesco a partir de las muestras PB14 y PB15. Aunque también
se obtuvo un fragmento de ADN mitocondrial de la muestra PB23, las posiciones analizadas son diferentes, lo que no permite la
comparación.
La diferente procedencia y el análisis
antropológico garantizan que las muestras PB14 y PB20 proceden de dos individuos diferentes.
La coincidencia de sus linajes de ADN mitocondrial únicamente puede explicarse mediante 1)
relaciones de parentesco por vía materna, 2) azar.
Que se trate de una u otra explicación
dependerá de la frecuencia del linaje en cuestión en la población estudiada. ya que se desconoce
la composición genética de las poblaciones iberas, y concretamente, de la población de Puig de
la Nau, se utilizó como referencia la población actual de la península Ibérica. La frecuencia de
este linaje en la última es igual a 0. Dado que la composición genética de las poblaciones puede
haber cambiado con el tiempo, por procesos de migración o por puro azar, se amplió el rango de
búsqueda a varias bases de datos de secuencias de poblaciones mundiales, citadas ya en el
apartado anterior. En ninguna de ellas se encontró
dicho linaje.
Para calcular la probabilidad de que los
individuos PB14 y PB20 estén emparentados podemos asumir, por tanto, que la frecuencia de
su haplotipo es
.
Esto significa que la
probabilidad de que estos dos individuos fueran idénticos por azar, suponiendo que la
distribución de frecuencias del pasado pueda equipararse a la actual, es menor que
, lo
que equivale a menos de

Esta probabilidad es lo suficientemente pequeña como para
apoyar la hipótesis de que PB14 y PB20 están relacionados genéticamente por vía materna.
En términos probabilísticos, puede decirse que
la probabilidad de que dichos sujetos hubieran sido muestreados aleatoriamente de una
población donde la frecuencia del haplotipo 16293T- 16298C fuera menor a
es 
Si el problema se planteara a modo de caso forense sería:

Dado que la probabilidad de que dos individuos
iguales por descendencia materna compartan el mismo ADN mitocondrial es igual a 1, la relación
sería
que equivale a 1650165016.
Si la probabilidad de parentesco se calcula como,
Entonces 1650165016/1650165017 es
igual 0.999999999394 (99.9999999%).
Este valor, en caso de tratarse de una peritación
forense, sería superior a 400 o 99.75% valor umbral que marca la ley, por ejemplo, en pruebas
de paternidad, y en principio sería considerado concluyente.
Este tipo de peritaciones se realizan con
marcadores de ADN nuclear autosómicos, heredados del padre y de la madre y con gran poder
discriminador. Sin embargo, el ADN mitocondrial es un marcador de linaje, no de individuo, que
hace indistinguible a toda la línea materna, de manera que, por ejemplo, los hermanos y los
primos maternos de primer grado son indiferenciables. Teniendo esto en cuenta, otros grados
de parentesco matrilineal, dejando al margen a los hermanos maternos, podrían ser igualmente
considerados.
Cabe también la posibilidad de que la identidad mitocondrial de los grupos de individuos
considerados se deba a una elevada frecuencia de las secuencias observadas superior a la actual en la población a la que pertenecen. Esto
no implicaría una relación de parentesco próximo pero podría implicar un parentesco en un grado
muy lejano.
Implicaciones poblacionales de los
resultados obtenidos.
La ausencia de los haplotipos de ADN
mitocondrial recuperados de los individuos PB14 y PB15 en las bases de datos de poblaciones actuales
consultadas sugiere que probablemente se tratara de variantes genéticas abundantes en las
poblaciones del pasado, que han desaparecido de las poblaciones actuales por sustitución
poblacional o por simple azar. Estas variantes son diferentes a las recuperadas de los yacimientos
Calcolíticos de Costa Lloguera en un estudio anterior (Fernández, Arroyo, 2004).
Los haplogrupos a los que pertenecen las
muestras de ambos yacimientos son también diferentes. Destaca especialmente la asignación
de las muestras de Puig de la Nau al haplogrupo europeo V. La frecuencia y distribución de este
haplogrupo en Europa con máximos en el País Vasco y Escandinavia ha servido a algunos auto-
res para postular la hipótesis de su origen durante el Paleolítico Superior en la cornisa Cantábrica
(Torroni et al., 1998, 2001). Esta región habría servido de refugio a las poblaciones europeas
durante el segundo peniglaciar. Tras la retirada de los hielos hace aproximadamente 12000 años se
habría producido una recolonización de las poblaciones aisladas en estos refugios Paleolíticos
hacia el Noreste (Torroni et al., 1998, 2001). Sin embargo, la elevada frecuencia del haplogrupo V
encontrada actualmente en el País Vasco contrasta con su ausencia en 121 muestras de 4
yacimientos de época Calcolítica-Edad del Bronce de esta misma región (Izaguirre, De la Rúa, 1999).
Una disección detallada de los haplotipos y haplogrupos presentes en el grupo Saami ha puesto de
manifiesto que los linajes de ADNmt del haplogrupo V característicos de esta población están
mucho más distribuidos en el este que en el oeste de Europa (Tambets et al., 2004; Bermisheva et al.,
2002). Este resultado sugiere que el haplogrupo V habría alcanzado Fennoscandia a través de
Europa central y del este (Tambets et al., 2004).
La presencia de linajes V en muestras
iberas de Castellón, en contraposición con su ausencia en las muestras Calcolíticas estudiadas, podría
estar indicando un diferente origen étnico y quizás también geográfico de ambas poblaciones. Esto
podría servir para explicar, a su vez, que los individuos iberos recibieran un tratamiento funerario
diferente al resto de habitantes del poblado, que eran incinerados, depositados en urnas y
enterrados en el suelo de las casas. Este resultado contradice, sin embargo, los resultados de un estudio
publicado recientemente en el que se analizaron también muestras iberas, en este caso de
Cataluña (Sampietro et al., 2005). Ninguna de las muestras estudiadas en dicho trabajo puede atribuirse
al haplogrupo V, encontrado en las muestras de Puig de la Nau. Todas ellas pertenecen, sin
embargo, a los principales haplogrupos Europeos:
H (52.9%), U (17.6%), J (11.8%), pre-HV (5.9%), K
(5.9%), T (5.9%). La conclusión de este estudio es que los antiguos iberos no eran significativamente
diferentes de las poblaciones actuales.
Las diferencias entre nuestros resultados
y los obtenidos por Sampietro et al., (2005) pueden deberse a diversas causas:
-Gran heterogeneidad genética entre los
grupos iberos de Cataluña y los de Castellón.
-Diferente procedencia étnica de los individuos
de Puig de la Nau y los de Ullastret.
-A un efecto muestral, pues en nuestro estudio
únicamente pudo obtenerse información genética de tres individuos y en el de Sampietro
et al., 2005 de 17.
Aún sumando nuestras muestras a las de
este último estudio, la frecuencia total del haplogrupo V en los individuos iberos analizados
hasta la fecha sería de un 11.76%, muy superior a la frecuencia media de este haplogrupo en la
población actual de la Península (Côrte-Real et al., 1996), y muy similar a la encontrada en los
vascos actuales (Torroni et al., 2001).
CONSIDERACIONES FINALES.
A pesar del escaso rendimiento de las muestras
estudiadas, los resultados obtenidos ofrecen una perspectiva única, sobre el conocimiento de la
composición genética de los pueblos iberos. En este sentido la obtención de una serie de
análisis del ADN mitocondrial de muestras de otros yacimientos a lo largo de toda la región ibérica,
resultaría altamente recomendable. Los resultados obtenidos en el Puig de la Nau de
Benicarló, así como en los yacimientos de la provincia de Gerona, son aún una muestra pequeña para
generalizar los resultados obtenidos en ellos. Por otra parte, no podemos perder de vista, que las
muestras se obtienen de un registro arqueológico que no es el habitual, huesos humanos en las
poblaciones, por lo que se tendría que conocer en primer lugar el significado de la presencia de
estos restos en calles y recintos de los diferentes asentamientos, presencia que es la excepción
dentro del ritual de enterramiento de cremación practicado por los iberos. La ruptura existente
entre las muestras del Puig de la Nau y las prehistóricas de la provincia de Castellón obtenidos en el yacimiento Calcolítico de la Costa Lloguera
(Castellón de la Plana), así como con los datos de las muestras actuales, e indudablemente con
las muestras de los yacimientos gerundeses, son un ejemplo de la complejidad de la investigación,
en donde hay que tener en cuenta cuestiones sociales, rituales y económicas conjuntamente con
la cuestión puramente física y la procedencia original de la base de la población ibérica.
La falta de datos sobre la época romana,
y la medieval, especialmente la etapa islámica, hacen difícil relacionar los resultados obtenidos
con los datos de las poblaciones actuales.
Indudablemente estamos iniciando una
nueva metodología, que nos puede abrir nuevas perspectivas para el estudio del pueblo ibero,
que no dudamos que serán de gran importancia cuando se tenga un muestreo suficiente.
Prof. Eduardo Arroyo Pardo.
Eva Fernández Domínguez.
Dpto de Toxicología y Legislación Sanitaria
Facultad de Medicina Universidad Complutense de Madrid
28040 Madrid
earroyop@med.ucm.es
Arturo Oliver Foix.
Museo de Bellas de Castellón.
Avda. Hermanos Bou, 28
12003 Castellón.
aoliver@dipcas.es
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