El territorio alavés en el Bajo Imperio
CONGRESO INTERNACIONAL
LA HISPANIA DE TEODOSIO
Volumen 2
RAMÓN TEJA y CESÁREO PÉREZ (Eds.)
JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN
Consejería de Educación y Cultura 1997
UNIVERSIDAD
SEK
El territorio alavés en el Bajo Imperio
Idoia Filloy-Eliseo Gil-Aitor Iriarte.
(1)
Instituto Alavés de Arqueología
El País Vasco en general, y con él, el Territorio alavés en particular, han venido suponiendo en la historiografía al uso, para lo que a época romana se refiere -en el mejor de los casos- una incógnita. No obstante, a través de los recientes trabajos de investigación arqueológica,(2) se ha arrojado una considerable luz, incluso en etapas tan controvertidas e interesantes como la que nos ocupa; esto es: el Bajo Imperio y su transición a la denominada Antigüedad Tardía.
LA HERENCIA DEL ALTO IMPERIO
En el final del Alto Imperio, partiríamos de una situación heredada, dotada de una eficaz infraestructura
viaria, con un eje principal este-oeste -la Iter XXXIV
Astorga/Burdeos-, y al menos dos secundarios perpendiculares norte-sur: la vía que ve1úa desde la costa
cantábrica por Orduña y la que desde las ciudades del valle del Ebro alcanzaba el sur de nuestro territorio. Éste se
articulaba además en base a un importante núcleo urbano -aunque entonces ya algo venido a menos-: nos
referimos por supuesto a la conocida ciudad Iruña/Veleia; y una serie de establecimientos más pequeños.
El patrón de asentamientos predominante en todo el período romano, parece haber estado basado en un
hábitat disperso, con yacimientos generalmente de relativa pequeña extensión, que no alcanzarían la entidad de
establecimientos urbanos. El análisis detallado de las zona en las que se enclavaban algunos de estos asentamientos,
como es el caso paradigmático de la Llanada oriental alavesa, con un notable desfase a priori
entre su «Índice de romanización» -tres mansiones citadas en el Itinerario
de Antonino, y una comparativamente abundante epigrafía- y el registro arqueológico, en el que los
asentamietos que aparecen no son ni siquiera de tamaño medio.
Una vez identificadas las denominaciones de las mansiones que aparecen en el Itinerario, como Suestatio
(Salbatierrabide), Tullonio (Angostina), Alba (Albeiurmendi) con yacimientos concretos, se comprueba efectivamente
que éstos no son de mayor tamaño que el resto de los vecinos, si bien se documenta en ellos la presencia
de infraestructuras, de las que los otros carecen, entre las que las más evidentes serían las instalaciones termales.
Así estos núcleos representarían la oferta de equipamientos para el resto de los que los circundaban,
convirtiéndose así en centros vertebradores de una subárea. Ello nos permite apoyar la hipótesis de que las entidades cuyos nombres
nos transmiten las fuentes pudieran no ser necesariamente localidades propiamente dichas, sino
pequeños territorios dotados de un centro dinamizador. Se trataría en definitiva, de un modelo largamente vigente, que
ha venido perdurando hasta época bien reciente, quizá fuertemente condicionado por el medio.
LA CRISIS DEL SIGLO III D. C.
Sobre este panorama se deja sentir la crisis del siglo III.
No obstante, no parecen detectarse destrucciones generalizadas debidas a causas violentas o militares, y sí en
cambio alteraciones que deberían atribuirse a causas
estructurales, que difícilmente dejan rastro en el registro arqueológico, tales como epidemias, hambrunas, crisis
económicas, etc., que traen consigo un importante despoblamiento y, en el caso más significativo de
Iruña, una reducción del espacio habitado.
Con el cambio de siglo, parte de los pequeños yacimientos desaparecen. Así, de los más de 100 existentes
en época altoimperial, pasamos a una nómina de más de
50 localizaciones (figura 1)
3.El porcentaje de aquellos que se mantienen, es aún significativo, estando éstos
lógicamente adaptados a la nueva realidad.
PANORAMA DE LOS YACIMIENTOS ALAVESES EN LOS SIGLOS IV-V
D.C.
A continuación realizaremos una exposición detallada de los datos de los que disponemos sobre el período
tardorromano, en la que analizaremos de forma individualizada cada yacimiento investigado.
-El hecho urbano:
Iruña/Veleia. Aunque nuestra investigación estratigráfica se encuentre todavía en su fase
inicial, se puede afirmar ya con bastante seguridad, que
Veleia sale de la crisis del siglo III d .C., básicamente con la estructura urbana heredada de la precedente gran
remodelación, en época flavia/antonina. No aparecen por ningún lugar rastros de destrucción debida a
incursión germánica alguna; no obstante, buen número de edificios -especialmente los públicos- estarían abandonados
y en ruinas.
La recuperación del período tetrárquico, supuso un impulso para la última modificación urbana de Veleia y,
sobre todo, para la construcción del circuito amurallado.
Este amurallamiento (Iriarte, 1994 y 1997) supone una notable reducción en su perímetro, que pasa a un
kilómetro y medio aproximadamente. Se lleva a cabo además
un notorio reacondicionamiento del espacio interior, con el desmantelamiento de edificios y la realización de
nuevos programas decorativos mediante pinturas murales y mosaicos.
En los dos sectores actualmente en fase de excavación, se detecta una clara reorganización espacial: dos
viviendas y el edificio público nº 2, son derribados y nivelados para crear una zona industrial al aire libre, e incluso se
desmonta un muro de fachada del edificio público hasta los cimientos, seguramente para reutilizar sus materiales
en la construcción de la muralla. La aparición de este último elemento, supondría además forzosamente la
creación de un área de seguridad despejada a su alrededor; en relación con ella, el edificio público nº 1 -conocido
tradicional, pero incorrectamente, como castellum acqua-, es englobado en la línea de fortificación y
transformado en torre. El amurallamiento fue en definitiva, una costosa obra realizada a expensas de la propia
ciudad, y que reafirma la tesis de su buen estado de salud económico en el momento.
Aún no sabemos en qué medida se vio afectada la ciudad por los sucesos de mediados del siglo IV d.C., entorno a las guerras civiles entre los hijos de Constantino
y el usurpador Magnencio. En cualquier caso Veleia sigue adaptándose a los tiempos. Así podemos citar la
reutilización de antiguos espacios habitacionales heredados del Alto Imperio; así como el
«reacondicionamiento» de la zona alrededor del edificio público n. º 2, en la
que dos viviendas son parcialmente derribadas, y se crea
ahora una zona industrial al aire libre.
No obstante la vida continúa,
de hecho,
aún siguen llegando elementos importados de prestigio, como la conocida tapadera de
vidrio cincelado, o la recientemente descubierta lucerna de sigillata
africana
(4),
e incluso se constatan
enterramientos tardíos adscribibles a finales del siglo V d.C. en el interior del oppidum(5).
Aún no es posible encajar con precisión, en el panorama de la Veleia tardorromana, la
presencia de la Cohors I Gallica citada por la Notitia
Dignitatuin; si bien se ha registrado la presencia de elementos
metálicos de indumentaria oficial tardorromana(6),
como material amortizado acopiado para su refundición en el
área industrial.
Como suele ser habitual, el esfuerzo inherente a la última recuperación, implica que ésta sea además el punto
de partida del declive definitivo. Simplemente el hecho
de haberse costeado el amurallamiento, habría afectado a las posibilidades de futuro de la propia ciudad. Además,
la coyuntura de creciente inseguridad y el consecuente desmoronamiento de las estructuras sociales que
mantenían «artificialmente» un fenómeno tan particular como es el urbano en la mitad occidental del Imperio, llevarían
a una paulatina desintegración de la vida en Veleia.
-Los núcleos intermedios. Estos yacimientos continuarían funcionando como centros aglutinadores de la población
rural dispersa de sus alrededores. En esta categoría tendríamos al margen de Irufia, a las mansiones de
Deobriga, Suessatio, Tullonio y Alba, en el trazado de la calzada Astorga-Burdeos; o a asentamientos como
las
Ermitas-Barcabao (Espejo), Oyón o Perezuelas (Moreda de
Alava) , en relación a vías de la red secundaria.
-Deobriga. Aunque siempre sujeto a una ulterior revisión, hoy por hoy, parece que lo más razonable es colocar
esta mansio del Itinerario de Antonino, en el yacimiento
de Cabriana (Comunión)(7).
Excavado parcialmente a fines del XVIII por Prestamera
(VVAA,
1802) y reexcavado
entre 1970-1972 por Elorza (inédito); ninguno de estos trabajos ha sido publicado adecuadamente(8).
En este lugar
se localizaron asentamiento y necrópolis.
El asentamiento ha venido identificándose usualmente como una villa. Esta hipótesis no puede descartarse
totalmente, pero a la vista de las estructuras puestas al descubierto, parece corresponder más bien a un elemento de
mayor entidad, especialmente teniendo en cuenta el complejo de estanques de la fase altoimperial y la aparición
de varias aras dedicadas a las ninfas en el entorno del yacimiento. Sin solución de continuidad, el
edificio altoimperial sufre una remodelación: se afiaden salas, se amortizan los estanques del ninfea y se produce una
redecoración, con nuevas pinturas murales y pavimentos de mosaico. En las excavaciones de Elorza se aprecia un
nivel de destrucción, no sabemos si generalizado, que a juzgar por los objetos de vidrio (Iriarte, en prensa) y una
moneda a él asociado, parece poder colocarse en la primera mitad del siglo IV d.C. Con posterioridad, no es
posible verificar claramente si hubo continuidad(9).
En cuanto a la necrópolis emplazada en territorio de la provincia de Burgos y excavada igualmente por Elorza
en los afias 1971-1972, permanece también inédita. A la
vista de los materiales expuestos en el Museo Arqueológico de Burgos, se trata de un cementerio de
inhumación tardorromano, cuyos ajuares se podrían encuadrar
cronológicamente en torno al último cuarto del siglo IV d.C.-mediados del V d.C.
Suestatium. Ultimamente, en la bibliografía al uso, se ha venido identificando la mansio de
Suestatium con el
yacimiento de Otazibarra (Arcaya). Aunque éste vaya demostrando, cada vez que se incide en él, mayor vitalidad para época
altoimperial, no ha suministrado, por el momento, indicios de una pervivencia notoria más allá
del siglo III d.C.(10).
Por ello, no creemos que sea razonable situar en él un lugar que aparece citado
fundamentalmente en fuentes tardías como son el Itinerario de Antonino y el Anónimo de
Rávena, y más teniendo en cuenta que a una distancia adecuada a la suministrada en el
Itinerario, se localiza el yacimiento de Salbatierrabide (Vitoria-Gasteiz), que era otra mansio con pervivencia en
época bajoimperial y tardoantigua. Por todo ello, consideramos que debe identificarse con mayor propiedad
Suestatium con Salbatierrabide.
El yacimiento romano de Salbatierrabide
hoy en día destruído, fue excavado en 1918, por los
HH. Marianistas y puntualmente por J. M. Barandiarán. Los escasos datos,
procedentes de ambas fuentes, fueron recogidos posteriormente por J. M.
Ugartechea, que los intentó sistematizar (Ugartechea, 1967). Al parecer, a una ocupación
del Bronce Final, se superpondrían dos niveles de época romana, al más antigua de los cuales correspondería a
un edificio dotado de instalaciones termales y con una zona columnada. Referente a la época que nos interesa,
se recogieron fragmentos de T.S.H.T. además de estas evidencias, habiendo referencias confusas a enterramientos
de inhumación con ajuar tardorromano, a los que corresponderían elementos de armamento metálico, entre los
que se cuenta un gran «scramasax» (Gil, 1990b), que sería datable incluso en el siglo VII d.C.
Tullonium La mansio Tullonio del Itinerario de Antonino, corresponde en época altoimperial al pequeño
yacimiento con termas de Angostina (Alegría), emplazado junto a la Iter XXXIV . Ahora bien, ni las prospecciones(11)
ni los sondeos
(Filloy, inédito) llevados a cabo en el mismo, han suministrado elemento alguno que
indique que su ocupación sobrepasara el siglo III d.C. -si es que llegó a
él-, lo que resultaría un problema a la
hora de incluirlo en el listado del Itinerario.
Ahora bien, el vacío creado es más aparente que real, puesto que,
recientemente, uno de nosotros ha localizado -dentro del término de
Alegría y también en relación con la
Calzada-, una necrópolis germánica de inhumación(12),
fechable desde principios del siglo VI d.C. Por el momento
no nos ha sido posible localizar el asentamiento correspondiente a este cementerio. A nivel de hipótesis, cabría
colocar el hábitat bajoimperial y tardoantiguo, quizás ocupando de nuevo el poblado indígena de
Henayo, inmejorablemente emplazado para dominar la Calzada.
Aunque los trabajos de excavación de A. Llanos (Llanos et alii, 1975), no sacaron a la luz nada que sobrepasara
cronológicamente la Edad del Hierro, es necesario tener en cuenta que únicamente se realizaron en una superficie
muy pequeña del yacimiento, y que la terraza alta del castro no se cultiva, dificultando extremadamente
cualquier tarea de prospección.
-Alba. Esta mansio se corresponde con el yacimiento de
Albeiurmendi (San Román de San
Millán), en el que
se llevó a cabo un sondeo en los años 50 por B. Osaba, de cuyos resultados no hay constancia documental; y sobre el que posteriormente desarrollamos excavaciones
en 1989 (Gil, 1990a) y en 1993 (Gil, 1994). En este yacimiento, aunque muy arrasado, se localizaron los restos de un gran edificio termal altoimperial abovedado,
construído con fachadas de sillería, de las que se conservan un buen número de elementos reutilizados en la
actual iglesia parroquial de San Román de San Millán, incluyendo entre ellos una inscripción dedicatoria
monumental (Elorza, 1967). Esta edificación parece que llega maltrecha, pero en uso, al siglo IV d.C. Uno de los
hipocaustos, hundido, se reconvierte en praefurnium para el contiguo. Tras ello no hay rastros de destrucción y el
conjunto termal deja de utilizarse en un momento de mediados del siglo V d.C.
En las inmediaciones de Alba se conserva, empotrado en la
ermita de Arzanegi
(Ilarduia), un curioso miliario
de sección cuadrada, dedicado a Constancio I Augusto.
Es altamente significativo, como ya apuntara el propio Prestamera en el siglo XVIII, el hecho de que la
Calzada Astorga-Burdeos, esté marcada en su entrada y salida de nuestro Territorio, por dos miliarios de Constancio I y de Constantino, y más teniendo en cuenta que son dos
de los tres únicos localizados en él. Se trata de un dato más que apunta a que el estado de cosas en Alava no fue indiferente a la recuperación general del Imperio en
época tetrárquico-constantiniana.
-Las
Ermitas-Barcabao (Espejo). Este yacimiento ha sido objeto de excavaciones arqueológicas por parte de
uno de nosotros.(13)
Los trabajos han puesto al descubierto unos 3.000 m2 de superficie edificada,
correspondientes a la parte agrícola-artesanal de un asentamiento de época altoimperial de gran extensión, ubicado en
relación a una de las vías secundarias, que pondría en comunicación la Calzada principal con la costa cantábrica.
Consideramos que sería un firme candidato a ser la Uxama Barca citada por
Ptolomeo(14).
Correspondientes a su fase tardía, se identificaron diversas viviendas y un gran
edificio destinado a almacén, todo ello organizado en base a viales. Se detectaron también numerosos
basureros, que han suministrado un enorme volumen de material
arqueológico(15).
-Entre ellos destacaremos los que aportan los datos más tardíos, hacia fines del siglo V d.C.
Oyón (Oyón). Yacimiento documentado a través de nuestros trabajos de
prospección(16),
muy extenso a
juzgar por la dispersión de materiales en superficie, con evidencias indicativas de un asentamiento de cierta entidad al
que correspondería además, un área de actividad artesanal alfarera (presencia de carrete y trípode). Se trata de
un asentamiento rural de gran entidad, situado en varias terrazas fluviales, en el que se evidencia la presencia de
restos constructivos (mampuestos, opus signinum, tegula, imbrices), así como de contenedores cerámicos de
almacenaje (dolía). El inicio de su ocupación parece arrancar al final de la IIª Edad del Hierro, continuando
ininterrumpidamente hasta época bajoimperial. En cuanto a la época que nos ocupa se registra un amplio lote
de T.S.H .T., complementado por evidencias en African Red Slip Ware-D.
-Perezuelas (Moreda de
Alava). Asentamiento rural de gran entidad, documentado como en el caso anterior a
través de nuestros trabajos de prospección. Emplazado sobre terrazas fluviales, en él se evidencia la presencia de restos constructivos (mampuestos,
opus signínum, tegul&, ímbríces, lateres, elementos de suspensura de
hypocaustum, etc.), así como de contenedores cerámicos (dalia).
Cronológicamente presentaría una amplia secuencia desde mediados del siglo I al V d.C. En cuanto a la época que
nos ocupa, se registra un buen lote de T.S.H.T.
-Las entidades menores.
En torno a las mansiones y núcleos intermedios, habría toda una serie de yacimientos, correspondientes en
general, a asentamientos agrícolas de menor entidad que los anteriores, que vienen a confirmar la pervivencia del
patrón de población anterior, llegando hasta el siglo V d.C. Entre ellos podríamos señalar, agrupándolos por grandes áreas
geográficas, los siguientes:
-En la Llanada alavesa, hay una serie de pequeños asentamientos correspondientes a esta etapa tardía, casi todos
ellos supervivientes del período altoimperial. Se trata de: Ezkerekotxa, Landa, Nanclares de la Oca, Sominarreka
(Alegría/Dulantzi), Guevara (Sáenz de Urturi, 1994a), Arrato-10 (Sáenz de Urturi, 1994b) y San Miguel de
Gobeo (Vitoria-Gasteiz), éste dos últimos únicamente con evidencias bajoimperiales. Todos ellos comparten
el cuanto a su emplazamiento, el denominador común de no tratarse de localizaciones estratégicas.
-En la Rioja Alavesa, se registra una importante nómina de asentamientos tardíos, algunos de ellos de cierta
entidad, reflejando en general un nivel más estable de implantación del poblamiento, que el que se documenta en otras
áreas geográficas. Así entre estos últimos, tendríamos: El Lozano (Cripán), Corral de Tabiques
(Laguardia), La Iglesia (Laguardia)(17),
Santa Eufemia (Moreda de Alava), La Solana (Yécora) y El Castro Buradón (Salinillas de
Buradón). En todos ellos se documenta además de la presencia de los habituales elementos de ajuar cerámico
(sigillata y producciones comunes), la existencia de recipientes contenedores (dolía), así como restos de materiales
constructivos (mampuestos, opus signínum. tegul&, imbrices, lateres, etc.); a lo que se añadiría, en el caso del
Castro, restos de construcciones domésticas documentadas durante los trabajos de excavación (Martínez, 1994).
Estos asentamientos presentarían además una amplia secuencia cronológica de ocupación, que arrancaría bien
desde época altoimperial (El Lozano, Corral, la Iglesia, Sta. Eufemia y La Solana), bien reocupando un antiguo castro de la Prehistoria reciente (como en el caso del
Castro de Buradón). Todos ellos se sitúan, bien en llano, bien en terraza fluvial, salvo Sta. Eufemia, que ocupa un emplazamiento estratégico en colina amesetada y por
supuesto, El Castro, que controla el estratégico paso de Las Conchas de Haro. Estos dos últimos presentan importantes perduraciones, destacando la ermita
prerrománica descubierta en las excavaciones de Buradón.
A éstos se añadirían otros yacimientos de menor porte, como sería el caso de: El Campillar (Assa), Baños
de Ebro, El Collado (Laguardia), Caña Pomar (Oyón) y Pago de Eskide (Yécora). A pesar de su pequeño tamaño, se trata de asentamientos con un amplio arco
cronológico, que arranca desde la Prehistoria reciente en la mayor parte de los casos, salvo en el de Caña Pomar, que lo hace desde época altoimperial. Todos ellos ocupan
emplazamientos estratégicos.
-En los Valles
occidentales:
En este área los asentamientos menores no son muy abundantes: Hay algunos de cierta entidad, como sería el
caso de los de El Riberón/Ruines (Castillo Sopeña) (18),
San Pelayo/Ronillas (Igay) o El Manzana! (Osma de Valdegobía), todos perduración de establecimientos ya
instalados en época altoimperial, y con algunos restos de elementos constructivos entre los materiales en ellos
documentados. Su emplazamiento responde al tipo en terraza fluvial. El resto de los casos son
asentamientos ciertamente de pequeño tamaño, como Las Lombas (Armiñón), Las Torres (Morillas), Castillo de Ocio y
Castillo de Portilla(19).
·Los tres últimos son reocupaciones en época tardía de antiguos hábitats de la Prehistoria
reciente, con continuidad en época medieval. Los casos más típicos son los de Ocio y Portilla, por reutilizar un
emplazamiento plenamente estratégico. La norma la rompe Las Torres, con su ubicación en terraza fluvial.
-En Treviño:
En este área la nómina de entidades menores es pequeña, si bien entre los yacimientos existentes hay algunos
de un cierto nivel como los de Afiastro, San Andrés de
Argote o Uralde (Cucho)(20).
Todos ellos presentan
evidencias de época altoimperial, y en el caso de San Andrés, precedentes en las últimas fases de la Prehistoria reciente.
Su emplazamiento va desde la ocupación de altozanos (Ail.astro y San Andrés) a la terraza fluvial
(Uralde). En Uralde se excavó un conjunto de basureros correspondiente a un asentamiento rural (Filloy & Gil, 1993). A
éstos se añadirían tres localizaciones de pequeño porte en Dordoniz, Masega sureste (Taravero) (Ortiz et
alii, 1990), y Ventas de Armentia.
-En la Comarca Cantábrica
alavesa:
En este área se documenta por el momento, un único asentamiento de estos momentos. Se trata del de Frato
(Aloria)(21),
un asentamiento destinado a actividades artesanales (reducción de mineral de hierro) en época
altoimperial, y con una perduración de hábitat hasta fines del bajo imperio.
-Las cuevas.
Lejos de constituir un fenómeno característico del País Vasco, como se ha afirmado en ocasiones, la aparición
de un nivel tardorromano en cuevas se integra, una vez más, dentro de una dinámica que se repite en puntos
muy diversos del Imperio. Se trata de un hecho exclusivo de la etapa que estudiamos, ya que si respondiese a causas
que se dieran a lo largo de toda la época romana, se hubieran detectado en el registro arqueológico,
materiales correspondientes a siglos anteriores.
Sin pretender realizar una nómina exhaustiva, las principales cavidades del territorio alavés investigadas «de una
u otra manera» hasta la fecha, son las siguientes: Sola-cueva (Jócano), Kobairada
(Subijana-Morillas), Los Husos (Laguardia), Peña Parda (Leza), Los Moros
(Atauri), Los Gentiles (Ilárduya) y Santa Coloma (Aprícano). Excepto en Pefia Parda y Los Gentiles, en el resto
se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas o, al menos, sondeos.
Aunque el hecho de ser siempre el estrato más superficial y peor conservado dificulte extremadamente su
interpretación, se pueden extraer algunas conclusiones. En primer lugar, no todos los yacimientos presentan el mismo patrón.
Así, en Pefia Parda -únicamente
prospectado por nosotros y con dificultad, debido a la densa vegetación- una amplia zona exterior, en la que se recogen materiales constructivos, se adosa al
covacho, sugiriendo estructuras permanentes de ocupación.(22)
Por el contrario, Solacueva de Lacozmonte -excavada en 1961, 62 y 66 por J. M. Barandiarán (Barandiarán, 1968 y
197lb); y en 1980 y 81 por A. Llanos (Llanos, 1991), no presenta buenas condiciones de habitabilidad, pero
ha constituído probablemente un santuario desde el Bronce Final. Teniéndolo en cuenta, la hipótesis más lógica para
explicar el conjunto de pequeños bronces bajoimperiales aparecido cerca de la boca de la cueva (l.
Barandiarán, 1971 ), y que abarcan un arco cronológico de un siglo, sería identificarlo como el resultado de uno o
varios depósitos votivos.
En segundo lugar, aunque se puedan catalogar el resto de los covachos o cuevas como lugares de
habitación, ni la excavación -más o menos extensa- de Los Husos (Apellániz, 1974) y Kobairada
(Barandiarán, 197la; Apellániz, 1973), ni el sondeo en Los Moros
(Llanos/Agorreta, 1964), o el de Santa Coloma (Aprícano)(23),
suministran datos concluyentes que aboguen
en favor de una ocupación estable o continuada. Por ello, y sin que la parquedad de la información disponible
permita descartar definitivamente otras posibilidades, parece lo más razonable identificar estos yacimientos como
hábitats temporales, probablemente lugares de refugio en las caóticas circunstancias de los comienzos del siglo
V d.C.(24).
Además de ellas, hay cada vez una mayor nómina de localizaciones en cavidades y abrigos de -en
la mayor parte de los casos-, escasos fragmentos de sigillata tardía con un valor hoy por hoy testimonial. En este caso se encontrarían los hallazgos de: Cueva de Araos
(Sª Salvada), Aliarán Surbi (Ilarduya), Gobaederra II (Subijana-Morillas ), Peña del Cuervo (Laguardia) o Cueva del Zorro (Bóveda).
CONCLUSIONES
El principal resultado -no por evidente menos importante- que podemos extraer de nuestra tarea investigadora,
es que el Territorio Histórico de Alava atraviesa la etapa romana -incluyendo su fase final- como una zona más
algo periférica, si se quiere, de la parte occidental del Imperio.
Tras las importantes transformaciones del siglo III d.C., cuyo índice más claro es la desaparición de
emplazamientos y la reducción de tamaño de la ciudad de Veleia -síntomas evidentes de despoblamiento- se
asiste a una clara recuperación en época tetrárquico-constantiniana.
Este período contempla la realización de las
últimas actividades edilicias: construcción de la muralla de Veleia y trabajos en la
iter XXXIV rastreables en los miliarios. Utilizando la circulación monetaria como
índice de la actividad económica, se observa una fuerte inyección de numerario, especialmente en el período
constantiniano, pero de escaso valor adquisitivo, reflejo de un remonte dotado de precaria salud. Incluso esa ficticia abundancia, termina con el reinado de Constancia II,
rarificándose después de forma extrema los hallazgos monetarios en el registro arqueológico. No obstante, es evidente que las relaciones comerciales con el exterior
continúan, como lo atestiguan las importaciones de cerámicas gálicas y africanas.
El perfil trazado por la historiografia al uso para el siglo IV d.C. en Hispania, es de tranquilidad y
estabilidad, matizadas por una creciente desigualdad social propiciada por una presión fiscal opresiva y desequilibrada.
Poco podernos decir, por el momento, sobre el segundo aspecto, pero
el patrón de asentamientos tardorromano en Alava -con una abrumadora mayoría de
localizaciones en llano y sin fortificar- parece reflejar una ausencia de conflictos abiertos. No obstante existen -dejando,
de momento, de lado las cuevas- dos notas discordantes en este panorama: Veleia, cuyo potente circuito
amurallado no sería más que la excepción que confirma la regla, debido al fuerte componente psicológico y de
prestigio imputable a su categoría de ciudad; y la reocupación tardorromana de emplazamientos defensivos de la
Edad del Hierro, como sería el caso del Castro Buradón, el de Ocio o el de Portilla.
Si se mantuvo o recuperó la estabilidad tras la nueva centralización del poder, parece claro que los
acontecimientos de comienzos del siglo V d.C. -usurpación de
Constantino III y contrausurpación de Geroncio, que desencadenaron la irrupción
de suevos, vándalos y alanos en el 409 d.C.- bastarían para provocar la quiebra del
ya frágil sistema sobre el que se asentaba el modo de vida romano. Si, como parece (Janes, 1964), la
Notitia Dignitatum se continuó actualizando para la Parte
Occidental más o menos hasta el final del reinado de Honorio (423 d.C.) tendríamos esa fecha, atestiguando la
presencia de la Cohors I Gallica en Veleia, como nuestro último dato acerca del estado de cosas en Alava en el siglo V.
Ahora bien, tampoco sería nada extraño que el anónimo compilador de la Notitia estuviese trabajando
-especialmente en las zonas más alejadas- con algunas entidades que en su tiempo quizás ya solo existieran sobre el
papel
(25),
como es claramente evidente en el caso del también anónimo Cosmógrafo de Rávena, trazando a
comienzos del siglo VII d.C. por nuestra región vías tachonadas de mansiones que, en su mayor parte,
lleYarÍan dos siglos desvanecidas.
Cuando, tras el oscuro paréntesis se abre, siquiera tímidamente, de nuevo el telón, el panorama que se
ofrece es el de pequeños asentamientos germánicos, o mejor dicho, el de sus necrópolis(26).
·Hace ya algunos años, se hubiese empleado directamente la palabra «visigodos»,
pero el decidido carácter transpirenáico de Jos ajuares, induce más bien a denominarlos «francos»; y es que la
línea fronteriza parece que osciló a veces, no sólo hacia el Norte, sino también hacia el Sur de los Pirineos,
circunstancia en absoluto extraña, especialmente en los años que siguieron al gran revés sufrido por los visigodos en
Vouillé.
1
-
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INSTITUTO ALAVÉS DE
ARQUEOLOGÍA.
C/ San Antonio, 41 c,p 01005 Vitoria-Gasteiz tlno (945) 230617
2
-
En líneas generales una de las carencias principales en la
investigación de la etapa romana ha sido precisamente la falta de
programación seria y global, a corto, medio y largo plazo. Ello ha dado
lugar como se ha encargado el tiempo en demostrar, a experiencias
aisladas, sin continuidad y con escaso rendimiento científico. A tal
respecto hay que llamar la atención sobre la nómina de trabajos de campo
no publicados, fundamentalmente realizados en la década de los 70 y primero de
los 80, alguno de ellos en yacimientos tan importantes como Cabtiana, Iruña o
Arcaya.
Así pues, buscando romper esa dinámica, a principios de los 80, un grupo de
investigadores (Idoia Fillov, Aitor Iriarte, y Eliseo Gil), nos propusimos abordar
sistemáticamente el estudio científico de esta etapa, con el objetivo
fundamental de conocer la historia de nuestro pueblo, en este período tan
crucial de
nuestro pasado. Como fruto de este programa, considerarnos estar
obteniendo un notable avance en el conocimiento de los procesos culturales de esta
etapa. Así hemos revisado la práctica totalidad de las localizaciones
alavesas con material arqueológico adscribible a estos momentos, contando con un nómina
de más de 140 lugares. De ellos, hemos realizado excavaciones en extensión o/y
sondeos estratigráficos en una decena de enclaves, buscando cubrir diferentes
típologías de emplazamientos y localizaciones geográficas por todo nuestro
terrirorio.
En cuanto a la identificación y catalogación de yacimientos arqueológicos de
esta etapa: hemos procedido a la incorporación de los datos de los programas
de prospección de Llanada-Ribera-Rioja Alavesa (dir. E. Gil 1988-1989);
Llanada oriental (dir. A. lriarte 1990-1991 -1992 ); Valles occidentales- Llanada
(dir. l. Filloy 1992); Fortificaciones-recintos carnpamentales época romana
(dir. E. Gil 1993); Mapa arqueológico Hermandad de Lanciego (dir. l.
Filloy-E. Gil 1994). Así como la de los de los seguimientos de: Autovía N-1, tramo
Salvatierra-Egino (dir. E. Gil 1993 ); Enlace Alegría-Dallo (dir. I. Filloy 1994);
Red secundaria San Rom:\n -Egino (dir. E. Gi l 1995 ); Redes de regadío de
aguas de Pipaón (dir. l. Filloy-E. Gil 1994); idem de Alegría/Dulantzi (dir. l.
Fi lloy-E. Gil 1994); idem de Añua-Gáceta (dir. l. Filloy-E. Gil 1995 );
idem de Ocio-Zambrana-Berganzo (dir. l. Filloy-E. Gil 1995 ).
En cuanto a la aportación de datos materiológicos, hemos incorporado entre
otros, los siguientes temas: estudio de los materiales arqueológicos del
yacimiento de Cabriana (Comunión) Excavado entre 1970-72 por J.C.
Elorza, e inédito hasta nuestros días; Revisión de los antiguos trabajos de excavación en
lruña/Veleia (Iruña de Oca), fundamentalmente los de Verástegui (ca. 1900),
inéditos corno los de J.C. Elorza de 1975; así como los de Nieto (1949-1954), publicados sumariamente;
revisión de temas concretos, inéditos hasta la fecha, como la pintura mural de época romana en Alava (Filloy, Gil
lriarte, 1992 ).
En cuanto a la aportación de datos estratigráficos y de excavaciones en extensión, hemos trabajado en las siguientes localizaciones: yacimiento de Atxa
(Vitoria-Gasteiz) -con niveles de la IIª Edad del Hierro y época altoímperial- (dir. E. Gi l 1982-1988);
yacimiento de la Iglesia (Laguardia ) - con
niveles de la IIª Edad del Hierro y época alto y bajoimperial- (dir. E. Gil
1987-1. Filloy 1988); yacimiento de Albeiurmendi (San Román de San
Millán )- con niveles de la I ª Edad del Hierro y época alto y
bajoimperial- (dir. E. Gil 1989 y 1994); yacimiento de El Riberón-Ruines (Castillo Sopeña) -con
niveles de época alto y bajoirnperial- (dir. l. Filloy 1989); yacimiento de
Uralde (Treviño) - con niveles de época alto y bajoimperial- (dir. l.
Filloy-E. Gil l 989); yacimiento de Carasta (Caicedo Sopeña) - con niveles del
Bronce Medio -Final, Iª y IIª Edad del Hierro y época altoimperial- (dir.
I. Filloy 1990-91-92-93-94); yacimiento de Tulloniurn (Alegría-Dulantzi) - con
niveles de época altoimperial- (dir. l. Filloy 1994); yacimiento de lruña/Veleia
(Iruña de Oca) -con niveles del Bronce Final, Iª y lIª Edad del Hierro y
época alto y bajoimperial- (dir. E. Gil 1994- 1997); yacimiento de Las Ermitas (Espejo) - con niveles de época
alto y bajo imperial- (dir. J. Filloy 1995 ).
Un espaldarazo a este programa lo recibimos en 1988, con la concesión de la
Beca José Miguel de Barandiarán (modalidad Arqueología) de Eusko
Ikaskuntza, al equipo compuesto por l. Filloy, A. lriarte, A. Sáenz de Buruaga
y E. Gil , dirigido por éste último , para el desarrollo del tema: «Revisión crítica
y valoración arqueológica del fenómeno de la Romanización en
Alava".
Para concluir, sin duda la pieza última en este proceso investigador, ha sido el
abordar el estudio sistemático de lruña/Veleia. El yacimiento arqueológico de
lruña/Veleia (lruña de Oca, Alava) , sito entre las localidades de
Trespuentes y Víllodas, es uno de los elementos señeros del Patrimonio Cultural Vasco, así
corno pieza clave para la reconstrucción histórica de amplios períodos de
nuestra Antigüedad. Nos referimos a los fases finales de la Prehistoria (Bronce
Final-Edad del Hierro; aproximadamente entre los siglos X al I a.C. ) y toda
la época romana (siglos I al V d.C. aprox.).
3
-
Los yacimientos que mencionaremos a continuación a lo largo del artículo,
están plasmados en este plano.
4 -
Se trata de una lucerna en
African Red Slip Ware, forma Atlante JXB, procedente de las zonas de habitación en el entorno de las instalaciones
artesanales tardías. Al hecho de la constatación de importaciones de prestigio en estos
momentos (correspondería a las producciones del área tunecina, fechable tanto por sí
misma corno por el resto de las evidencias de su contexto,. a principios del siglo V d.C. ), habría que añadir la trascendencia de
su decoración. Tiene presente en el discus, la representación de un crismón. A ello se une, en la
misma U.E., dos ítems más, sendos fragmentos -uno de T.S.H.T y otro de African Red Slip Ware, con otros dos crismones, éstos grabados por
incisión en el exterior de las piezas. De este modo, nos encontraríamos frente a
los más antiguos testimonios de Cristianización en el País Vasco, con el aliciente de proceder de un ambiente tan popular como pueda serlo la referida
zona doméstico-artesanal (Gil , 1997a).
5
-
Aunque poco afortunada, mantendremos por un tiempo y a efectos prácticos esta denominación. Sin duda lo correcto sería reservar el término
oppidum
para el castro indígena -al estilo francés-, y denominar ciudad al establecimiento urbano de época clásica de Veleia, independientemente de su
etapa amurallada, a falta de una mayor precisión en los testimonios epigráficos.
6
- En concreto, nos referimos entre otros elementos, a un fragmento de
hebilla tipo Argeliers; así como a una fíbula cruciforme chapada en oro (Gil,
1997b).
7
- Opinión, por
cierto ya propuesta por Prestamero, como se desprende de sus informes con los que se confeccionaron los correspondientes artículos del
Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia de la Historia de 1802, -ver especialmente, las voces
Cabriana y Deóbriga-. Además hay que tener en cuenta que en su entorno se localizó uno de los tres únicos miliarios
aparecidos por ahora en el Territorio Histórico de Alava, correspondiente a Constantino Augusto y actualmente desaparecido (VVAA, 1802; Elorza, 1967).
8
-
Por el momento, no nos ha sido posible realizar una nueva excavación de
este yacimiento, si bien hemos revisado y estudiado tanto los datos como los
materiales procedentes de la excavación del asentamiento, conservados en el
Museo de Arqueología de Alava, y ultimamos actualmente la Memoria que
recojerá cuanto conocernos sobre este notorio enclave.
9
-
Si bien recientes hallazgos de prospección de fragmentos de sigillata gálica
tardía, nos permiten prolongar, al menos hasta principios del siglo V d. C., el
arco cronológico de este notable enclave.
10
- A excepción de una única moneda aislada de Licinio, que no permite presuponer la existencia de una continuidad del hábitat.
11
- Llevadas a cabo bajo la dirección de A. lriarte durante 1991 -1992 (V.
Arkeoikuska 91 y 92).
12
- Se
trata de la necrópolis de San Pelayo, descubierta en trabajos de
prospección por A. lriarte. Los materiales recuperados, de nuevo apuntan hacia un
origen "franco" de los allí inhumados. Es un dato interesante la aparición
todavía de pequeños platos T.S.H.T. 83 B entre los ajuares.
13
- Se trata en
concreto de una intervención arqueológica de urgencia, desarrollada durante 1995 , bajo la dirección de l. Fillov, con
rnotivo de la existencia de un provecto de construcción de una urbanización de chalets sobre
este solar.
14
- 14 De hecho, si seguirnos la clásica propuesta de M . L. Albertos sobre la
identificación de la indígena Uxama lbarca o Barca con el poblado de
los Castros de Lastra (Caranca) (Albertos, l978 ), tendríamos aún más a
nuestro
favor. Ello es debido a la presencia en ambos yacimientos de un determinado
elemento de indumentaria personal. En concreto un alfiler de cabeza
trapezoidal , hasta hoy únicamente conocido en Los Castros (Sáenz de
Urturi ,
1990). Pues bien, las recientes excavaciones han puesto de manifiesto la
presencia de este tipo de elementos en el nivel más antiguo localizado en Las
Ermitas, correspondiente a época Julio-Claudia. Nos encontraríamos ante un
fenómeno de dislocación de asentamiento, desde el vecino castro hasta un
nuevo emplazamiento en llano. A ello habría que añadir la presencia en el
citado nivel, junto con arquitectura y ajuares de corte clásico, de una
pervivencia de antiguos ritos -corno las inhumaciones infantiles en el interior de
los recintos habitacionales-, o la raigambre indígena de ciertos motivos
decorativos -como por ejemplo la decoración mediante cordones digitados
de dolia.
15
- Entre éste, gran cantidad de T.S.H.T de
los talleres tardíos del área tridiense, en menor medida African Red Slip
Ware, así como otras significativas
importaciones, como un vaso de Terra Sigillata Gállica Tardía, riqoir g15, procedente de los talleres
languedocienses y una gran fuente en Late Roman-C. A ello le acompaña un notable volumen de cerámicas de mesa, de cocina y
demás elementos de instrumenta domestica.
16
- Llevada a cabo principalmente en 1994, dentro del programa para la
elaboración del Mapa arqueológico de la Hermandad de Lanciego (Rioja alavesa).
17
-
De esta serie de yacimientos, es el único que cuenta con seriaciones
estratigráficas, a través de los trabajos desarrollados por nosotros: excavación de
urgencia en 1987 dirigida por E. Gil, y Campaña de sondeos estratigráficos
en 1988, dirigida por l. Filloy. Precisamente, estas investigaciones,
permitieron documentar un nivel de destrucción correspondiente al siglo
III d.C. . tan escasamente representado en las estratigrafías de este Territorio (Gil & Fillo1·,1989 ).
18
-
En este yacimiento se llevó a cabo una Campaña de sondeos estratigráficos
en 1989, bajo la dirección de I. Filloy (Filloy, 1990).
19 -
En este yacimiento se vienen desarrollando Campañas de sondeos estratigráficos desde 1991, dirigidas por J. Fernández
(v. Arkeoikuska
94).
20 -
En este yacimiento se desarrollaron trabajos de intervención arqueológica (Campaña preliminar de sondeos y
excavación en extensión), durante 1989, dirigidos por l. Filloy y E. Gil (Filloy & Gil, 1993). La entidad delos
restos
documentados, así como la ubicación geográfica del enclave, nos inclina a
ponerlo en relación con el Trifinium de las fuentes clásicas.
21
-
En este yacimiento se vienen desarrollando trabajos de excavación arqueológica desde l 990, dirigidos por J.J
. Cepeda (v. Arkeoikuska 94).
22
-
Dentro de las causas que podrían justificar la existencia de un hábitat estable en un emplazamiento como ese, puede tomarse en consideración la de un
eremitorio. En ese sentido, se podrían mencionar los materiales tardorromanos aparecidos en el nivel inferior del yacimiento situado delante de las
iglesias rupestres de Saracho (Albaina), actualmente desaparecidas (Barandiarán,
1967; López Rodríguez, 1985 ).
23
-
" En esta cavidad se ha llevado a cabo una campaña de excavaciones en 1994, dirigida por B. Pastor (v. Arkeoikuska 94).
24 -
Una mejor sistematización de las producciones de T.S.H. Tardía contribuiría sin duda, al permitir una atribución crono lógica más concreta de los
fragmentos recuperados en las cuevas, a aclarar este último aspecto.
25 -
No obstante, tampoco podemos olvidar la concentración de tropas en la vecina Pamplona -también sobre la Astorga/Burdeos- que registra la
irremediablemente corrupta carta de Honorio conservada en el Códice de Roda (J.
Gil, 1984) y que cabría poner en relación con el nombramiento de Asterio para comes
Hispaniarum, con objeto de poner un poco de orden en una
Península descabalada «·ob infestationem diversarum gentium
barbarorum».
26 -
Por el momento, dos en Alava: la ya citada de San Peclayo (Alegría) , y la de
Aldaieta (Nanclares de Gamboa), excavada por A. Azkárate.