Vitoria-Gasteiz Arqueológica.


 
 

 

ALGUNOS MATERIALES COLORANTES DEL DEPÓSITO ARQUEOLÓGICO DE KANPANOSTE GOIKOA (VÍRGALA, ÁLAVA).

The colouring materials ofthe rock-shelter site Kanpanoste goikoa (Vírgala, Álava).


Marcos García Díez (1)
.

Alfonso Alday Ruiz (2).


(1) Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología. Universidad del País Vasco. c/ Tomás y Valiente s/n. 01106 Vitoria. Correo electrónico:  marcosgarcia@inicia.es

(2) Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología. Universidad del País Vasco. c/ Tomás y Valiente s/n. 01106 Vitoria. Correo electrónico:  fgpalrua@vc.ehu.es




RESUMEN.


El yacimiento prehistórico de Kanpanoste Goikoa presenta una secuencia estratigráfica que contiene vestigios arqueológicos del Epipaleolítico, Neolítico y Calcolítico. En su depósito fue recuperado un discreto conjunto de materiales colorantes, del cual se presenta aquí su estudio.

 

ABSTRACT


The prehistoric deposit of Kanpanoste Goikoa presents a stratigraphic sequence that contained archaeological materials of the Epipaleolithic, Neolithic and Calcolithic. In the deposit was recuperated a discreet group of colouring materials.

 

 

l. EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE KANPANOSTE GOIKOA.


El abrigo prehistórico de Kanpanoste Goikoa está ubicado en la localidad alavesa de Vírgala Mayor (fig. 1). 

Se enclava en el valle montañoso de Arraya, disfrutando de una posición geográfica estratégica, al conjugar diversos nichos ecológicos (de bosque medio y bajo, de pradera, de llano y de ribera): el paisaje está recorrido por una red de ríos y arroyos que hace aún más atractivo el entorno. El yacimiento forma parte de un entramado de hábitats prehistóricos que le son cercanos territorial y culturalmente: de hecho comparten similares secuencias arqueo-estratigráficas y siguen un parejo programa de aprovechamiento de los recursos -como se aprecia nítidamente en el acceso a las fuentes silíceas (TARRIÑO, 2001)-. Junto a Kanpanoste Goikoa, la red de depósitos la integran Kampanoste y Atxoste (ALDAY, 1997, 1998, 1999, 2000 y 2001) en Vírgala, Mendandia en Sáseta (ALDAY y MUilKA, 1999), Montico de Charratu en Albaina (BALDEÓN et alii, 1984), La Peña en Marañón (CAVA y BEGUIRISTAIN, 1991-1992) y Los Husos (APELLÁNIZ, 1974; FERNÁNDEZ ERASO, 2000, 2001; ALDAY, FERNÁNDEZ ERASO y YUSTA, e.p.) y Peña Larga (FERNÁNDEZ ERASO, 1997) en Cripán.

 

Figura 1.- Localización del depósito arqueológico de Kanpanoste Goikoa.

Los trabajos de campo se desarrollaron en dos campañas sucesivas, veranos de 1992 y 1993, documentándose una secuencia estratigráfica articulada en 3 niveles sedimentarios que incluyen en su interior una secuencia industrial que abarca desde el Epipaleolítico antiguo hasta el Bronce. Se han expuesto los resultados de las actividades de excavación en una publicación monográfica (ALDAY, 1998) que contextualiza las entidades culturales. Los principales rasgos arqueológicos de cada conjunto, de más antiguo a más moderno, son:

Nivel III inferior. El conjunto industrial se caracteriza por una alta representación de las muescas y denticulados (50% de las piezas retocadas), seguidos de los raspadores (23%) y otros tipos (destacando los perforadores), que acompañan a núcleos, chunks, esquirlas y genéricos desechos de talla. Tanto las muescas y los denticulados como, en menor medida, perforadores y raspadores comparten una técnica de talla de estilo campiñoide -atendiendo al modo, amplitud y delineación de los retoques-. El discreto abanico de especies animales recuperado (uro, sarrio, corzo y jabalí) es suficiente para poner de manifiesto el disfrute de entornos ecológicos diferenciados. Se dispone de dos dataciones: 7.620±80 (GrN-20215) B.P. y 7.860±330 (GrN-20455) B.P. El conjunto se ha caracterizado como Epipaleolítico antiguo, pre-geométrico o macrolítico.

Nivel III. La industria lítica, a nivel tipológico, se compone de muescas, denticulados (con una presencia menor), geométricos, raspadores, láminas con huellas de uso, microburiles, perforadores, truncaduras y laminitas de dorso. Las formas geométricas, las más decisivas para caracterizar al estrato, se corresponden con triángulos y trapecios de pequeña talla elaborados mediante retoques abruptos. En la fauna se repiten los taxones del nivel anterior, a la vez que se observa una mayor representación del número de corzos cazados. Bellotas y avellanas hacen pensar en el consumo de vegetales. Al lote de materiales se añaden elementos para el adorno personal, cantos rodados y cristales de roca. Se dispone de dos dataciones: 6.360±70 (GrN-20214) B.P. y 6.550±260 (GrN- 20289) B.P.

 

Nivel II. 

Aunque indivisible desde el punto de vista sedimentario, en su interior se han identificado tres momentos diferentes de ocupación, donde la dinámica laminar se va imponiendo de manera progresiva. El tramo inferior presenta una base microlítica con triángulos y trapecios de retoque abrupto, nada lejano de lo representado en el III. El tramo intermedio evoluciona hacia un geometrismo con exclusividad de los segmentos en doble bisel, a la vez que incorpora algunos fragmentos cerámicos.

El superior presenta, como elementos líticos más significativos, puntas de flecha de retoque plano, a la vez que el lote cerámico aumenta -dentro de su pobreza- y aparecen evidencias sobre ofita, destacando un mazo de la familia de los pulimentos. No hay novedades en el espectro faunístico de los animales cazados, pero se incorporan ahora algunas especies domésticas (ovicaprino, bovino y porcino). Las prácticas ganaderas debieron completarse con las agrícolas, pues se han reconocido restos de cultivo de trigo, poseyéndose, además, un voluminoso molino con trazas de uso intensivo. Se dispone de cuatro dataciones del tramo superior, 4.550±40 (GrA-9790) B.P. (sobre fragmento óseo de animal doméstico), 4.350±60 (GrN-20267) B.P, 4.190±100 (GrN-22738) B.P. y 3.430±60 (GrN- 20213) B.P. (sobre grano de cereal), que se encuadran en el Calcolítico; el tramo central se describe como Neolítico y el inferior presenta una ocupación mesolítica.

Nivel l. Carente de interés arqueológico por la pobreza del material prehistórico -se destaca un fragmento cerámico con decoración de tipo boquique que remite a la Edad del Bronce-.


II. LOS MATERIALES COLORANTES.

Consecuencia de la realización del estudio de las materias colorantes del yacimiento prehistórico de Mendandia, surgió la necesidad de proceder al análisis de los colorantes que habían sido recuperados en los niveles de Kanpanoste Goikoa. Dicho trabajo no pudo incorporarse a la memoria de excavación, razón por la que elaboramos ahora el presente texto. Presentada la correspondiente solicitud al Museo Arqueológico de Álava para la consulta de los materiales, se procedió a la revisión de las 16 evidencias descritas en la monografía del yacimiento (ALDAY, 1998): el trabajo se realizó en el mes de noviembre de 1998, procediéndose entonces a la descripción morfológica y métrica de las piezas, así como a la toma de algunas muestras con el fin de conocer la naturaleza mineralógica.

 

Tabla 1.- Descripción de los materiales colorantes de Kanpanoste Goikoa.


II.1. Análisis de los datos.

Fueron un total de 16 las evidencias recuperadas en las labores de campo desarrolladas en el yacimiento arqueológico de Kanpanoste Goikoa. Inicialmente 15 de ellas fueron descritas como elementos colorantes y la pieza restante como arenisca. Esta última (identificada con el nº 90) era en realidad un óxido de hierro alterado, mientras que la nº 207 era efectivamente una arenisca. Por otra parte las nominadas con los números 41 y 175 eran calizas con alto componente ferruginoso. Para el estudio aquí realizado se desechó la pieza nº 207 por su escasa resolución como material colorante, mientras que las nº 41 y 175 fueron incluidas por su capacidad tiznante. De este modo un total de 15 piezas son consideradas en el estudio, reflejando la tabla 1 los caracteres principales relativos a medidas, peso, morfología y forma de las superficies y aristas.

El reparto de los colorantes según niveles queda de la siguiente manera: 9 para el nivel II, 5 para el nivel III -siempre para el tramo superior, del epipaleolítico geométrico- y 1 se localizó fuera de estratigrafía -en trabajos dirigidos a acondicionar el sitio-. Esta distribución presenta con claridad una mayor acumulación, teniendo siempre presente el reducido número de la muestra, en el nivel más antiguo.

El peso (fig. 2) total del conjunto es de 184,78 gr, lo que representa una media de 12,31 gr. En el nivel II el peso total es de 146,65 gr, siendo la media de 16,29 gr; la amplitud entre el peso mayor (115,3 gr) y el menor (0,33 gr) es muy marcada (114,97 gr). El peso total del nivel III es de 36,03 gr, siendo la media de 7,20 gr; la amplitud entre el peso mayor (23,93 gr) y el menor (0,45 gr.) se reduce (23,48 gr) si se compara con el nivel II, si bien sigue siendo marcada.

La longitud (fig. 3) media de los efectivos es de 26,32 mm, siendo la longitud mayor de 79,2 mm y la menor de 10,4 mm. Para el nivel II la longitud media es de 27,63 mm, siendo la longitud mayor de 79,2 mm y la menor de 10,9 mm. En el nivel III la longitud media es de 25,8 mm, siendo la mayor de 45,2 mm y la menor de 10,4 mm.

La anchura (fig. 3) media de los efectivos es de 16,74 mm, siendo la anchura mayor de 49,1 mm y la menor de 5,6 mm. Para el nivel II la anchura media es de 17,9 mm, siendo la anchura mayor de 49,1 mm y la menor de 5,6 mm. En el nivel III la anchura media es de 15,8 mm, siendo la mayor de 21,4 mm y la menor de 7,6 mm.

El grosor (fig. 3) medio de los efectivos es de 12,3 mm, siendo el grosor mayor de 33,8 mm y el menor de 3 mm. Para el nivel II el grosor medio es de 12,5 mm, siendo el grosor mayor de 33,8 mm y el menor de 4,1 mm. En el nivel III el grosor medio es de 12,3 mm, siendo el mayor de 21,2 mm y el menor de 3 mm.

Como se observa, no hay diferencias significativas en cuanto a las tres dimensiones básicas entre uno y otro nivel.

 

Figura 2.- Peso (gr) de los materiales colorantes de Kanpanoste Goikoa.

 

Figura 3.- Medias y amplitudes (mm) de los materiales colorantes de Kanpanoste Goikoa (L: longitud, A: anchura y G: grosor).

 

La morfología de las piezas, en un recuento global, más representada es la triangular con 6 ejemplares, seguida por la cuadrangular con 3, la trapezoidal con 2 y la globular, rectangular, romboidal e irregular con un ejemplar de cada modalidad. Atendiendo a los niveles, en el II se encuentran 5 triangulares y 1, con un ejemplar en cada caso, cuadrangular, irregular, rectangular y romboidal. En el nivel III aparecen 2 elementos cuadrangulares con otro trapezoidal, globular y triangular.

Las superficies de las piezas son preferentemente irregulares (11 casos), destacando 3 de ellas con una de las caras lisas; al conjunto se une una pieza, fuera de contexto, que presenta la totalidad de las caras lisas. En el nivel II 7 piezas presentan superficie irregular y 2 una cara lisa; en el nivel III 3 son irregulares en su totalidad y dos presentan una de las caras lisas.

Las aristas se presentan en 13 casos vivas y en 2 redondeadas. En el nivel II en 8 casos se presentan vivas y en 1 redondeadas; en el nivel III de los 5 ejemplares cuatro las presentan vivas y una redondeadas.

Dos piezas, una de ellas perteneciente al revuelto y otra del nivel II, presentan pequeñas cúpulas que se asocian a una tonalidad más oscura de la pieza, producto de haber sido sometidas a impacto térmico -lo cual es notorio también en otros objetos del inventario material de Kanpanoste Goikoa-. 

La difracción de rayos X ha sido utilizada en tres muestras con el fin de conocer su naturaleza mineralógica. En los casos analizados el hematite (Fe203) es el mineral de hierro representado; a él se asocian otros minerales como el cuarzo, la calcita y la moscovita. La procedencia de estos últimos componentes se encuentra relacionada, en parte, a elementos arcillosos cuyo origen se halla en la composición del nivel sedimentario en que se localizaron los materiales colorantes -recordemos que la depresión de Arraya se encuentra ocupada por un diapiro-.

Acciones tafonómicas han llevado a la alteración de las piezas. La más representativa del ámbito natural es una fina capa de concreción carbonato-arenosa .que recubre la superficie exterior de 5 piezas -y que puede observarse sin dificultad en otros materiales arqueológicos del depósito, dada la naturaleza calcárea del refugio-: 3 pertenecen al nivel II y 2 al nivel III. La acción tafonómica humana más acusada son las acciones de lavado actual de los materiales arqueológicos, una vez recuperados de su contexto original: esta acción se traduce en el raspado superficial de las superficies (2 del nivel II y otras tantas del nivel III).

 


III. VALORACIÓN.


El conjunto de efectivos colorantes existentes en el yacimiento de Kanpanoste Goikoa es, numéricamente, muy reducido. Esta baja contabilidad de efectivos no permite obtener valoraciones muy significativas, siendo por ello que a continuación serán presentadas una serie de indicaciones que deberán ser retenidas, principalmente, desde una vertiente descriptiva, siendo la comparación con otros depósitos necesaria para dotar de significado interpretativo las escuetas valoraciones que aquí puedan apuntarse.

A tenor de las caracterizaciones crono-culturales presentadas para el yacimiento se apunta la siguiente valoración: total ausencia en el Epipaleolítico macrolítico (nivel III inferior) -atiéndase al escaso volumen de tierra exhumado para este nivel y a la consiguiente pobreza arqueológica general del relleno-, escasa representación en el Epipaleolítico geométrico (5 ejemplares en el nivel III), similar número para el Mesolítico geométrico que se le superpone (esto es, para el tramo inferior del nivel II, con cuatro ejemplares), representación escasa en el Neolítico (5 evidencias en el tramo intermedio del nivel II) y ausencia total en momentos calcolíticos (tramo superior del nivel II).

El uso de los colorantes parece evidente en 5 de los ejemplares, los cuales presentan alguna de sus caras lisas (producto de abrasión), que se asocian bien a aristas vivas o redondeadas, dependiendo este último carácter de la intensidad del trabajo y del soporte trabajado. En el nivel III, Epipaleolítico geométrico, 2 piezas fueron utilizadas, especialmente una de ellas muestra una alta intensidad en el trabajo realizado. En el tramo medio del nivel II, Neolítico, 3 muestran acciones de haber sido utilizadas. El resto
de los niveles no presentan evidencia alguna de uso relacionada con la abrasión.

Como hipótesis sobre presumibles funciones de este conjunto puede citarse el enmangue de piezas líticas, la decoración de cerámicas (teoría ésta de poco fundamento ya que no han sido observadas decoraciones con uso de colorantes, como ocurre en el vecino sitio de Atxoste), o acciones relacionadas con la conservación de alimentos o decoración corporal. En la actualidad se esta lejos de poder discriminar, con mínimas garantías, entre alguna de los usos -por convergencia de las posibles huellas-, pudiéndose señalar de manera exclusiva que los 5 colorantes apuntados muestran acciones relacionadas con abrasión de superficies.

Como se apuntó, se recurrió a la técnica de difracción de Rayos X para averiguar la composición mineralógica de 3 muestras, todas ellas pertenecientes al nivel III. La homogeneidad de los espectros apunta a considerar una identidad del lugar de procedencia geológica de los materiales, aunque se desconoce su localización.

Por la descripción de las estructuras caloríficas (ALDAY, 1998, 168), parece ser que las marcas de fuego registradas en uno de los colorantes del nivel II obedecen a razones tafonórnicas, sin intencionalidad antrópica: es bien posible que el fuego aislado en el cuadro ·Z3 haya provocado la alteración del hematite, localizado en una zona inferior de combustión secundaria y circundante a la extensión del fuego.

 


IV. BIBLIOGRAFIA.


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