Arqueología - Vitoria-Gasteiz.



 

INFLUENCIA DE NUEVOS MATERIALES Y PROCESOS EN EL CONCEPTO ESCULTÓRICO DEL CUERPO HUMANO.

TESIS DOCTORAL.

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.

Paris Matía Martín.

Directora: Consuelo de la Cuadra González-Meneses.

Madrid, 2001.

ISBN: 84-669-1883-3.

 

LA INFLUENCIA DE NUEVOS MATERIALES Y PROCESOS EN EL CONCEPTO ESCULTÓRICO DEL CUERPO HUMANO.

 

II. NUEVOS MATERIALES, NUEVOS PROCESOS, NUEVAS EXPERIENCIAS.

Una clasificación útil.

II.1. POLÍMEROS SINTÉTICOS, FANTÁSTICOS.

II.2. MADERA, METAL Y PIEDRA.

II.2.1. De madera, madera.

II.2.2. Del heavy metal a las aleaciones ligeras.

II.2.3. De piedra

II.3. EL ESQUEMA BIOLÓGICO (materiales compuestos).

II.3.1. Lo fibroso.

II.3.2. Lo blando (elastómeros).

II.3.3. La piel.

II.3.4. Materiales inteligentes.

II.4. CONTRA LA GRAVEDAD.

II.4.1. Transparencia.

II.4.2. La cualidad de lo efímero.

II.4.3. Desmaterialización.

 

II. NUEVOS MATERIALES, NUEVOS PROCESOS, NUEVAS EXPERIENCIAS.

Ya hicimos referencia al desconcierto que nos provocan aspectos de una, cada vez más amplia, parcela material de nuestro mundo. Sobre ella no es posible establecer criterios de reflexión tradicionales; ni cabe cerrar el análisis en la mera interpretación de parámetros físicos o químicos. Aun cuando el fundamento de su impacto se deba a esas características inherentes al material, el juego de relaciones y conexiones que su aplicación establece con múltiples aspectos de nuestra vida, renueva o por lo menos trastoca un proceso perceptivo que hasta ahora venía evolucionando con un ritmo asumible y asimilable.

El progreso técnico ha impuesto una reducción en el período de adaptación de los productos surgidos de él; en un ambiente, por otra parte, ávido de novedades. Gracias a la apertura de insospechados canales en la manipulación y producción de materias, algunas que normalmente han sido extrañas en el listado habitual de las utilizadas por la industria, adquieren hoy una vía de desarrollo. Nuevas técnicas logran explotar sus cualidades de un modo eficaz (un ejemplo es el producto llamado por su creador "maderón", ( 1 ) que tiene como uno de sus ingredientes básicos algo tan inusual como las cáscaras de almendra trituradas y que mezcladas con resinas sintéticas dan como resultado un híbrido entre madera y plástico).


( 1 ) Invento español (ya su nombre nos daba la pista) del ingeniero químico Sil Cardona. "El maderón dependiendo de su formulación puede flotar o tener gran peso, puede ser ignífugo o combustible, es aislante y, al ser una materia inerte -lignocelulosa-, resiste perfectamente la intemperie y la humedad, a diferencia de la madera que se deforma." Artículo publicado en "Babelia", separata del periódico El país. 2 de julio de 1994 (p.25) de la separata .

( 2 ) Ezio Manzini, Artefactos. Hacia una nueva ecología del ambiente artificial, Celeste Ediciones, Madrid 1992 (p. 118).

( 3 ) P. Dubarle, "Materiales avanzados. Una reevolución silenciosa", en la revista Dyna nº 8, Bilbao, noviembre 1989 (pp. 60-61).


 

También materiales conocidos y explotados desde hace siglos son "recreados". Ante la aparición de los nuevos materiales, los tradicionales han necesitado de transformaciones que les permitieran competir en mejores condiciones: "...tratando de mantener su sitio o de ganar terreno, han preparado nuevas prestaciones a la vista de exigencias específicas, lo que ha hecho que cambiara profundamente su naturaleza.

El resultado final es que actualmente la expresión 'nuevos materiales' se amplía a todo el sistema de los materiales, incluso a aquellos dotados de una historia milenaria". (Ezio Manzini ( 2 ))

Debido a estas razones y a que los materiales, también los comunes, pueden llegar a ser definidos por los mismos procesos de transformación, otros autores consideran más oportuno denominarlos materiales avanzados. ( 3 )

En nuestro análisis los nombraremos de uno u otro modo, indistintamente, teniendo en cuenta esa premisa.

No sería, pues, afortunado pretender la obtención de un catálogo técnico y pormenorizado de la cuantiosa variedad y subvariedades de productos disponibles en la actualidad. La empresa planteada de tal modo adquiriría de inmediato una envergadura enorme, además de la certeza de mostrar una información incompleta. Sin embargo será necesaria la caracterización de las principales familias de productos para constatar, si es posible, una serie de elementos comunes.

Tanto más cuanto que una cultura que así misma se llama materialista, parece no guardar demasiada atención al mundo de los materiales (sustancias reales) que la soportan. Esa falta posiblemente contenga o constituya en sí misma una de las peculiaridades más llamativas del nuevo sistema de objetos incorporado a nuestro entorno. ( 4 )

Por supuesto que en el ámbito científico y económico existe un gran interés; pero podría decirse que hay un vacío, en la exploración y obtención de contenidos y conceptos para el desconcertante mundo de los nuevos materiales. Falta achacable no sólo a la manifiesta ausencia de bagaje en su experimentación y uso.

Anteriormente dicha tarea se realizaba de modo espontáneo, ( 5 ) dado que a medida que se iban agregando materiales y procesos técnicos nuevos (madera, piedra y hierro han sido los materiales básicos durante siglos), el hombre tenía posibilidad de ir tomando consciencia de su entidad y propiedades a la par que su utilización y producción los cargaba de un contenido cultural que el tiempo se encargó de definir. Pero es precisamente la abundancia y rapidez con que aparecen ahora, lo que crea esa necesidad hasta hace poco inexistente de dotar de significación a unas sustancias que van "colándose", a veces, imperceptiblemente.


( 4 ) Pascal Bruckner lo explica así: "Tal vez nuestro mundo sea materialista, pero al insólito modo de la reprobación, puesto que nos impulsa ante todo a deshacernos de lo que nos pertenece, a embriagarnos con la demolición tanto como con la adquisición de los objetos. Lo único que dura de verdad son los residuos." (p. 51) "...nuestra riqueza depende de la dilapidación no de la conservación." (p.50). Pascal Bruckner, La tentación de la inocencia, Anagrama, Barcelona1996.

( 5 ) "El proceso de atribución de un significado cultural a los plásticos puede considerarse como el primer caso en el que la semantización de un soporte matérico deja de ser un fenómeno 'espontáneo', ya que no se da dentro de las leyes espontáneas de creación del lenguaje, sino que presenta una componente de diseño consciente, aunque todavía no explícita." Ezio Manzini, op. cit. (p.149).


 

No se trata de introducir a la fuerza una serie de contenidos, sino de reflexionar sobre aspectos, presentes y reales (aunque, como se ha dicho, no del todo evidentes, en parte debido a lo que ya podemos distinguir como característica clave del nuevo ambiente: su capacidad de metamorfosis), que nos hagan más conscientes del papel que desempeñan estos nuevos instrumentos.

La definición del papel de los materiales, en contextos culturales concretos, ha suscitado polémicas que aún gozan de gran vitalidad. 

Difícilmente se podría hablar hoy con argumentos tan radicales como los de Gottfried Semper (arquitecto del siglo XIX), en cuyas teorías se confiaba al material y a la técnica buena parte del proceso creativo, el cual se desarrollaba, por tanto, en un determinismo casi absoluto. A pesar de ello nos plantea una cuestión difícil de soslayar y que conecta con una dualidad perenne del proceso creador: idea-materia.

En la mención que en su libro La estructura y el objeto hace Joan François Pirson ( 6 ) acerca del problema, compara la postura de Semper con la de Alois Riegl: "Semper considera las creaciones humanas dependientes de tres factores: materia, técnica, finalidad. En la teoría de Riegl, sin embargo, estos factores no se consideran determinantes sino modificantes. 'No incumbe a estos tres factores el papel creador y positivo que la teoría materialista ha pretendido otorgarles, sino más bien un papel inhibidor y negativo; forman, por así decirlo, el coeficiente de frotamiento en el seno del producto total'."

Esta última frase resume en cierto modo el camino que ha seguido el arte ante la que, en apariencia, ha sido imperiosa necesidad del arte moderno: deshacerse del lastre que constituye la sustancia física que soporta la obra artística. Especialmente si atendemos a la corriente conceptual, cuya trascendencia es innegable en el curso de los acontecimientos contemporáneos, a través de una atención prioritaria a la teoría y al proceso frente a la obra como objeto físico.

Existen además motivos muy enraizados en nuestra cultura para obviar determinados aspectos de lo material. Desde los filósofos griegos la idea se constituyó como principio externo y superior de aquello en lo que se concretaba: lo material. ( 7 )

Esa escisión que prima un elemento en detrimento del otro marca nuestra cultura desde sus orígenes. Es difícil establecer hasta que punto esto ha sido determinante, pero sin duda esa concepción se halla en el siglo presente; en ocasiones puesta de manifiesto a través del dramático quebrantamiento de nuestra propia fisicidad, del cuerpo humano, a la postre el vínculo más intenso que mantenemos con lo material. ( 8 )

En la apreciación actual del problema parece surgir un interés por la integración de ambos aspectos, adquirida la consciencia de la profunda interrelación existente entre ellos (cambio de actitud que curiosamente, como veremos, viene propiciado por descubrimientos científicos). Así quizá adoptemos una postura hacia nuestro cuerpo, hacia los objetos que nos rodean y hacia la producción artística en la que lo espiritual y lo material, contenido y continente, idea y materia no determinen compartimentos estancos, y nos persuadamos de que forman un conjunto cuya disolución acarrea un parcelado enfoque de nuestra existencia.

En la introducción al libro La materia de la invención de Ezio Manzini, ( 9 ) François Dagognet explica lo siguiente: "La idea, ayer, descendía sobre lo que la hacía concreta o la representaba: esta caída era considerada como algo indispensable, inevitable en tanto en cuanto que degradante. Hoy en día los soportes han sufrido tal transformación que requieren ellos mismos nuevas estructuras formales más coherentes, ligeras y vivas. La idea proviene de la misma materia, en lugar de imponerse sobre ella: idea casi floral o inflorescente de una belleza que se levanta, pura simbiosis del contenido y el continente."

Aislando la frase "La idea proviene de la misma materia" no sería difícil situarla en otro de los extremos de la polémica para la explicación de un principio causal del acto creador; pero dentro del contexto referido, y en el entorno de los nuevos materiales sugiere algo más que un enfrentamiento entre ambos conceptos. Sugiere la necesidad de deshacerse de ciertos arquetipos y prejuicios ante la extrañeza que nos provoca la falta de convencionalidad de estas materias y de los procesos a que dan lugar.

Por otro lado, y en una posición aparentemente de defensa de los nuevos medios, muchos creadores hacen tal uso de ellos, que sus obras pudieran pasar por meras curiosidades técnicas (como si del stand de una feria científica se tratara). ( 10 )

Convierten las peculiaridades de esas sustancias en protagonistas de su obra. Es evidente que de esta forma apenas se consigue retratar de un modo más científico que artístico el material (recordemos la hoy manifiesta aproximación entre ambos modos de proceder), pero en absoluto su potencialidad como creador de ideas. Queda claro que si a nuestro modo de ver la actividad artística y más específicamente la escultórica, es uno de los medios más cualificados para mostrar sin superficialidades cual es el verdadero poso de estas nuevas herramientas, hay que estar muy atentos a enmascaramientos de su real sentido renovador.

Sea como sea, está clara la necesidad de esos y otros muchos intentos para dar consistencia al uso cabal del vasto campo de posibilidades abierto.


( 7 ) En una de sus acepciones la palabra material está definida como lo "opuesto a lo espiritual", y en otra como lo "opuesto a la forma" (Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, 1992). No solo se conciben como elementos inconexos, sino también opuestos.

( 8 ) "...el catolicismo es la religión que ha hostilizado más la corporeidad; temiéndola no ha hecho sino homenajear al cuerpo del hombre en la figura de Cristo. Ninguna otra religión ha concedido tanta importancia al cuerpo del hombre, al fin y al cabo, lo único visible." Susana Pottecher. Las aventuras del cuerpo, Espasa Calpe, Madrid 1994 (p. 27).

( 9 ) Ezio Manzini, La materia de la invención, Ediciones CEAC, Barcelona 1993 (p. 16).

( 10 ) En una exposición realizada en la galería Soledad Lorenzo (febrero, 1996) el artista Pedro Mora mostraba unas instalaciones en las que llamaba la atención la presentación de unos materiales (el aerogel, por ejemplo: un material sólido más ligero que cualquier otro sólido existente) que en nada se diferenciaba de la que, en su caso, hubieran podido realizar las empresas productoras de dichos materiales.


 

Conscientes de que la tarea principal se ha de abordar en otro terreno, el de la concreción material, el taller, no podemos desdeñar el intento de conseguir una mínima ubicación conceptual para la presencia renovada o completamente novedosa de los materiales.

Además de concretar qué es lo que calificamos como nuevos materiales se hace preciso mostrar una serie de características asociadas a determinadas sustancias que les permiten: - Involucrarse en nuestro ambiente de un modo desconocido o, al menos, diferenciado de como lo han hecho las materias tradicionales a lo largo de la historia.

- Desarrollar cambios significativos en el modo de pensar y en la capacidad de apreciación que el individuo tiene dentro de un entorno cada vez más impregnado de estas nuevas presencias

- Definirse como un nuevo grupo de herramientas de estudio e interpretación de ese entorno, no solo desde el punto de vista científico sino sobre todo, por lo que toca a nuestro interés, desde el artístico.

Buscaremos por tanto una ordenación que nos resulte lo más clarificadora posible.


Una clasificación útil.

¿Quedará alguna persona (por supuesto dentro de nuestra bien intercomunicada cultura occidental) que no haya oído hablar, haya leído o visto algo relacionado con los ordenadores, las redes de información o la realidad virtual?. Probablemente sí, aunque desde luego debe tratarse de un ermitaño posmoderno.

La revolución informática se ha abordado con rapidez desde todo tipo de enfoques (sociológicos, artísticos, científicos, etc.), que la sitúan, no sin razón, a la vanguardia de las grandes transformaciones que vivimos y casi con seguridad viviremos. No ha importado la falta de una distancia en el tiempo que aclarase criterios y redujese incógnitas. La espectacularidad de sus logros viene enmarcada en una sucesión rápida y cargada de trascendentes novedades. 

A pesar de ello, la necesidad de aquietar reflexivamente tal avalancha encuentra muchas dificultades, precisamente por tratarse de un proceso inconcluso y por la envergadura de los cambios que produce en un corto espacio de tiempo. Sobre todo si se compara con aquel al que la historia nos tiene acostumbrados cuando se trata de transformaciones tan profundas de la sociedad. Incluso la Revolución Industrial, quizá la más radical desde el neolítico, y la más veloz, no constituyó un proceso súbito. 

De hecho la experiencia actual puede considerarse como el colofón de aquello que se originó a mediados del XVIII.

¿Cómo no ha de provocar, en ocasiones, visiones de un futuro con puro sabor a novela de ciencia - ficción?. Dar crédito a este tipo de especulaciones no resulta tan descabellado. La facultad visionaria de Julio Verne ( 11 ) no ha dejado de seducirnos y de confirmar que el sueño futurista encuentra un mullido colchón en la ciencia moderna. 

¿Su fortaleza?: En el XX ficción y realidad apenas han necesitado, en ocasiones, de unas décadas para convertirse en la misma cosa. ( 12 )


( 11 ) En 1863 Julio Verne escribió un texto, una novela, en la que se detalla la vida en el París de 1960. Inédita hasta el presente, París en el siglo XX describe un futuro que ya es pasado, no solo en lo referido a descubrimientos científicos, sino incluso en el ambiente social. (Editorial Planeta, Barcelona 1996).

( 12 ) Entre los relatos de Aldous Huxley sobre eugenesia y los pioneros trabajos sobre clonación de las décadas de los 50 y los 60 apenas han mediado una treintena de años (entre medias los nazis con su particular doctor Menguele). Hoy las puertas para la clonación humana están abiertas.


 

El fin de milenio, más allá de profecías y esoterismos, se anunciaba como un gran espectáculo de estética futurista.

Pero si nos atenemos a la realidad más inmediata, aún teniendo en cuenta el potencial abrumador de la informática, existe una fuerte desproporción con la imagen que se nos brinda, porque en gran parte es eso, una imagen. Sin embargo, no se pueden olvidar otros descubrimientos vinculados a los materiales que, en algunos casos, propiciaron la aparición de los pródigos chips, y en otros, desarrollaron nuevos campos de investigación que paralelamente contribuyen a crear esa atmósfera de cambio.

Si individualmente, cada uno de los nuevos materiales y los nuevos procesos que les da lugar, tienen trascendencia limitada, en conjunto intervienen de forma muy activa, mostrando una gran capacidad de influencia, también en lo que no son estrictamente sus dominios. Sin embargo esta influencia no es notoria ni explícita.

Si volvemos a formular una pregunta semejante a la que encabezaba este apartado (¿hay alguien que no haya oído hablar de ordenadores?), pero referida a, por ejemplo, los polímeros, no cabe duda de que, aunque vienen utilizándose con profusión desde hace décadas (bastante antes de la aparición del primer ordenador personal en los 80), el nivel de información que sobre ellos poseemos es mucho menor. 

La palabra en sí, polímero, es un término técnico que, sin embargo, está comenzando a difundirse en el lenguaje corriente porque ya no basta con la globalizadora plástico. Es cierto que la "magia" de los nuevos materiales es cada vez más efectiva como reclamo de la atención pública, lejos de su reducción al habitual ámbito científico. Pero esa atención se sustenta sobre todo en un discurso rebosante de triunfalismo y de hipótesis más o menos fantásticas (como si del hallazgo de "kriptonita" se tratara).

La posibilidad de diseñar materiales a la medida, es decir, diseñar materiales para un fin determinado (un material para este objeto y no un objeto para este material) plantea una nueva frontera entre la fabulación y la realidad. ( 13 ) 


( 13 ) Parece ser que el celuloide nació así: John Wesley Hyatt ganó en 1868 un concurso para la obtención de un producto que pudiera sustituir al marfil (por su escasez) en la fabricación de bolas de billar. Al producto lo llamó cellulloid.


 

Los periódicos más importantes tienen una sección dedicada a los descubrimientos científicos, y aumenta el número de revistas de divulgación sobre estos temas. De este modo se abona la formación de una imagen desmesurada en cuanto a las proporciones del cambio en un futuro mas o menos próximo y que se acrecientan con la falsa ilusión que da al proceso un carácter universal. La realidad manifiesta, como consecuencia no esperada del desarrollo científico, la fuerte disparidad que genera entre dos mundos, dos civilizaciones: la capaz de reunir y aplicar sus conocimientos en tecnología (y por lo tanto en producción), que aglutina a unos pocos países, y otra que observa ese desarrollo sin poder acceder a él.

En el primero de los casos además, la expectación que provoca la puesta en escena de los acontecimientos científicos enturbia la visión del trayecto efectuado hasta ahora, y la auténtica trascendencia que ese sofisticado nuevo mundo tiene en lo cotidiano.

Para continuar, conviene presentar algunos de los actores reales de dichos cambios y, de este modo, poder luego calibrar su verdadera contribución.

Clasificar las diferentes familias de nuevos materiales no es una tarea sencilla. La dificultad en parte proviene, como ya se dijo, de la gran variedad de productos, pero sobre todo de la capacidad que tienen muchos de situarse con comodidad en apartados que corresponden a otros y viceversa.

La muy presente inconcreción de los límites (de acción y definición) para los mas variados campos (social, económico, artístico), también alcanza a la ciencia y la tecnología. 

Los nuevos materiales, frutos directos de la experimentación científica, heredan esa indefinición, considerada sin embargo más como virtud que como defecto.

No se trata obviamente de inestabilidad en sus propiedades físicas o químicas, sino del alto grado de versatilidad que confieren a estos productos variaciones en el proceso de obtención; y que pueden situar, en ocasiones, un mismo producto, en apartados casi opuestos (así ocurre por ejemplo con el grupo de las siliconas, que oscilan desde un alto poder de adherencia en algunas, hasta su función de antiadherente en otras), siendo asimismo una especie de híbrido entre la química orgánica y la inorgánica.

Obtener un esquema útil por tanto requiere dotarlo de la misma capacidad de flexibilidad y elasticidad que caracterizan a muchos de los productos que debe contener.

La siguiente ordenación comienza con los polímeros. Ocupan esta posición porque, a nuestro juicio, la tecnología y características que se les asocia, han sido determinantes para la evolución y desarrollo de los nuevos materiales, y aunque su historia es bastante reciente, participan activamente en el procesado actual de las materias tradicionales. Sin embargo esto no implica, como tampoco en la ordenación sucesiva del resto de materiales tratados, jerarquización de ningún tipo.

No obstante el asunto de la estimación de los materiales, que asimismo ha experimentado cambios, no debe ser eludido, por lo que su tratamiento se aborda posteriormente en un apartado denominado "Materia noble - materia plebeya". La valoración de la materia que este título sugiere es de una índole diferente, casi moral de la materia, razón por la que se ha creído oportuno tratarla por separado.

El recorrido de ese listado está más vinculado a características y propiedades físicas de las sustancias que menciona, haciendo hincapié primero ("Madera, metal, piedra") en la confrontación de las materias tradicionales con sus nuevas "versiones".

La continuidad con los dos bloques siguientes ("el esquema biológico" y "Contra la gravedad") se señala como una progresión desde la concreción de lo material hacia la inmaterialidad; lo cual determina otra de las pautas a que dan lugar los nuevos descubrimientos.

Intercaladamente, en el texto aparecerán pequeños cuadros de información técnica y en letra menuda. Su misión es esclarecer y complementar datos que ayuden a resolver, en alguna medida, dudas de ese tipo.

 

II.1. POLÍMEROS SINTÉTICOS, FANTÁSTICOS.



Polímero ( 1 ). Es una palabra atractiva, tan sonora como la mucho más conocida plástico, pero con un halo de novedad que esta última ha dejado de poseer.


( 1 ) Palabra procedente de otra griega que significa: compuesto de varias partes.


 

Poco a poco va haciéndose común a nuestros oídos, aunque sea a través de ambientes relacionados de algún modo con lo científico (películas de ciencia-ficción, documentales, artículos de divulgación, etc.). 

Con su empleo se consigue dotar al producto en cuestión, de atributos técnicamente modernos y dignificados por muy desconocidos que sean.

Lo cierto es que cualquier plástico es un polímero. Pero la familia de los polímeros es más amplia, y si nos referimos a su novedad nos referimos tan solo a los polímeros sintéticos dado que el caucho por ejemplo, la celulosa, las proteínas, etc., son asimismo polímeros, aunque, en este caso, naturales y evidentemente, con una larga historia.

Es posible que hablar de polímeros sea un síntoma del claro afianzamiento actual de los plásticos como un material con sus propias cualidades y su propio carácter, alejándose por ello de la valoración peyorativa que adquirieron casi desde su aparición. Curiosamente su presencia no ha hecho más que aumentar a la par que sus aplicaciones y sus variedades.

Las moléculas de algunas sustancias tienen la facultad de encadenarse formando moléculas mayores; son las denominadas macromoléculas. Generalmente ocurre así en productos orgánicos, cuyos átomos de carbono pueden entrelazarse de muy diversas formas y combinaciones. La celulosa, los ácidos nucleicos las proteínas, etc., son ejemplos de estos procesos.

Cuando se consigue encadenar esas moléculas en secuencias de cierta magnitud (cientos de miles o millones de moléculas) se obtienen unos productos en los que el carácter de la molécula original desaparece en favor del propio de esa larga cadena.

En química se llama mero a un motivo estructural. Por tanto un producto de partida, con sus moléculas independientes, se puede denominar monómero, y cuando el encadenamiento haya tenido lugar, tendremos un polímero. El proceso de encadenamiento será la polimerización (por ejemplo, si el monómero es etileno, el resultado será: polietileno).

La copolimerización pone en juego al menos dos monómeros diferentes. El producto final, para que sea homogéneo, debe proceder de monómeros en los que las velocidades de polimerización, normalmente diferentes, deben estar armonizadas. ( 2 ) (R.C.M., guía de productos).

La desafección por el plástico quizá provenga de su silenciosa y humilde expansión en lo cotidiano. Al fin y al cabo, los primeros productos surgidos de la tecnología de los plásticos eran también humildes objetos, sin aplicaciones que desencadenasen cambios significativos en el esquema de los materiales estructurales utilizados hasta ese momento. ( 3 )

Muchos de los productos eran también objetos desechables, con una vida de uso corta. Sin embargo, y como contraste, lograron "socializarse" con mucha rapidez. Muchos pequeños artículos mostraban al público sus novedosas cualidades: El 15 de mayo de 1940 la casa Du Pont sacó al mercado las primeras medias de nylon (descubierto tan solo dos años antes), al finalizar el año había vendido  ( 3 ) millones de docenas de pares.


( 2 ) Todos los datos técnicos mostrados han sido tomados de diferentes fuentes, todas ellas consignadas en el apartado bibliografico correspondiente.

( 3 ) El caso del acero, por ejemplo, en la segunda mitad del XVIII es completamente distinto, puesto que se integra como material básico estructural (la producción de las fundiciones inglesas, en un siglo -de 1750 a 1850-, se multiplica por 100).


 

Cuando se habla de plasticidad se habla de un concepto ya antiguo.

Cualquier materia moldeable en determinadas condiciones puede considerarse plástica: ( 4 )

Tanto la cera, como la arcilla, el hierro, el plomo o las gomas naturales son sustancias plásticas. Pero al referirnos al plástico artificial utilizamos una denominación que no puede remontarse más allá de finales del XIX. ( 5 )

Sólo a partir de 1920 y sobre todo tras la 2ª Guerra Mundial los plásticos alcanzan un desarrollo significativo. En el espacio de unos setenta años se ha producido una expansión enorme de sus aplicaciones.

Actualmente, el término polímero ( 6 ) contiene para el no entendido un amplio margen de definición que excede al simple plástico y que informa de su alto grado de especialización.


( 4 ) Plástico: del latín plasticus, y este a su vez del griego plastikos. Significa "que se puede moldear".

( 5 ) También se utiliza habitualmente la denominación de resinas sintéticas para muchos de estos productos debido a su apariencia análoga a la de las resinas naturales.

( 6 ) La definición de polímero como materia constituida por moléculas gigantes, se debe al químico alemán Hermann Staudinger (premio Nobel de Química de 1953) que ya en 1920 demostró que era un error considerar los polímeros como agrupaciones de varias moléculas en lugar de auténticas moléculas gigantes.



Propiedades de los plásticos sintéticos:

Capacidad de adaptarse a todo tipo de formas, por complejas que sean, gracias a su plasticidad, dependiente de variables controladas de temperatura y presión.

Baja densidad en la mayoría de productos lo que les confiere una gran ligereza.

Facilidad de absorción de tintes y colorantes químicos (multiplican su variedad de acabados frente a otros materiales, y sin necesidad de operaciones complementarias para conseguirlo).

Resistencia más que aceptable ante los agentes atmosféricos y el ataque de los ácidos y bases.

Suelen ser buenos aislantes de la electricidad y del calor.

Hay otra serie de características que no se pueden obviar:

Pueden utilizarse en un intervalo de temperaturas determinado (sobre todo en los termoplásticos).

Tienden a fluir (cuando la temperatura se eleva) o a volverse quebradizos (cuando la temperatura baja).

La resistencia mecánica y la rigidez es bastante inferior a otros materiales tradicionales.

Propiedades no estables en el tiempo.

Sin embargo, el conocimiento que se ha ido adquiriendo ha permitido aumentar extremadamente la eficacia de los nuevos productos en lo que se refiere a estas últimas características (que, por otro lado, también son explotables, tanto por la industria como por el arte).

Metafóricamente el plástico podría imaginarse como un tipo de monstruo invasivo que usurpa la entidad de cuanto le rodea. Su organicidad estructural (entendida aquí como su capacidad de adaptarse a cualquier forma, sea o no orgánica) y química (lo que choca con la correspondencia que habitualmente establecemos entre el plástico y lo artificial e inorgánico), además de desconcertar resulta amenazante: una especie de exudación de la naturaleza ( 7 ) que, adulterada después por el hombre, se hace desconocida e inasimilable (ni siquiera la naturaleza puede con sus residuos).


( 7 ) En la obtención de los plásticos sintéticos es básica la industria petroquímica (derivados del petróleo), pero también se emplean otras muchas sustancias: celulosa (de la madera), caseína (de la leche), semillas de algodón, café, soja, etc.


 

Analizando las características mencionadas como propias de ese imaginario depredador de objetos nos encontramos ante un monstruo temible: transformable, camuflado, ágil e inmune.

Si en un principio estos adjetivos sirven para calificar a nuestro hipotético personaje, posteriormente advertiremos que su alcance se extiende a parcelas muy diferenciadas, y que son cualidades definitorias de un marco mucho más amplio que el referido a unas sustancias concretas. No obstante hay que comenzar por aclarar su aplicación dentro del contexto que nos ocupa:

 

Transformabilidad:

Materia comodín para multitud de objetos, el plástico es insustituible en su capacidad de adaptación a cualquier forma concebible, amén de su variabilidad opcional de densidad, peso o acabado. No es casual que Zelig, el personaje que Woody Allen creó para una de sus películas sea mencionado en libros aparentemente tan dispares como La materia de la invención de Ezio Manzini y La tentación de la inocencia de Pascal Bruckner. 

En el primero se compara al personaje de Allen (recordemos que se trata de un sujeto desprovisto de personalidad que busca afanosamente su identidad imitando la de los demás) nada menos que con el plástico, esa materia "que se transforma según el ambiente y las circunstancias adoptando las fisionomías más variadas." En la obra de Pascal Bruckner Zelig representa uno de los polos del individualismo contemporáneo: "el vértigo del plagio en todas direcciones que transforma a cada cual en veleta". 

Es tentador y sugerente establecer conexión entre ambos discursos para imaginar los puntos de contacto entre el hombre de este finales del XX y el material más representativo de la época: el plástico. Un ejercicio que desde el punto de vista artístico no resulta tan peregrino como en un principio pudiera parecer y que presenta una imagen humana llena de complejidad frente al clásico hombre de arcilla. ( 8 )

Más adelante iremos desgranando aspectos de este multiforme "hombre de plástico".

En la transformabilidad del plástico existe una capacidad imitativa que ya en un primer momento fue explotada debido a la facilidad con que el material suplía a otros abaratando costes. Hecho que para algunas generaciones todavía muy ligadas a un sistema de materiales más sencillo que el actual, con una jerarquía perfectamente definida (materias preciosas, materias nobles, materias vulgares), ( 9 ) hizo que el plástico fuera apreciado como una especie de falso material antes que como un nuevo material. Lejos ya de ser su única función, su capacidad de imitación sigue, sin embargo, manteniéndose como rasgo íntimo de su carácter y cada vez más libre de menosprecio al ser valorado como cualidad particular e insustituible.


( 8 ) El misterioso Golem de la leyenda judía (un ser creado con arcilla y cola, de formas elementales y movimientos vacilantes) no llevaría ahora, grabada en su frente, la palabra emet (verdad), sino la mucho más contemporánea virtual; y su materia sería probablemente un termoplástico fusible y moldeable.

El Golem es una novela escrita por Gustav Meyrink en 1915 (Tusquets 1995), basada en la leyenda judía resumida en un texto de Jacob Grimm de 1808.

( 9 ) Cuestión que sería de fácil extrapolación a temas morales, sociales, económicos, políticos, etc. y que descubre una clave para la definición de una cultura a través de los materiales que ésta emplea. Pone de manifiesto la importancia que una Historia de los Materiales (técnica, medios de producción e integración y significación social) tiene para la comprensión de nuestra civilización.


 

No resulta tan fácil como antes determinar el material en que están realizados muchos de los objetos que utilizamos habitualmente. La información visual y táctil no basta para definirlos, y lo que es más importante: el que eso ocurra cada vez nos preocupa menos.


Camuflaje:

Adoptando prácticamente cualquier tipo de acabado, con una variación de dureza, peso y densidad tan amplia, (que se multiplica si incluimos las combinaciones resultantes en la obtención de los llamados materiales compuestos), el plástico cada vez ocupa con más firmeza espacios antes reservados a otras sustancias. No podemos encontrar otro material semejante con una expansión tan diversificada en aspectos y funciones. 

Si no hay aspecto y función que lo defina con claridad (como ocurría con la madera, por ejemplo, hasta hace bien poco), no resultará tampoco sencillo identificarlo. Ni siquiera en el caso de que ejerza, digámoslo así, como plástico y no como sustituto o imitador de otra cosa. No es que el plástico sea irreconocible, evidentemente presenta, de modo general, características que todos hemos aprendido a identificar desde hace ya décadas (ligereza, superficie habitualmente suave y brillante, formas limpias y nítidas, colores chillones, etc.) y que aún hoy son muy comunes. 

Sin embargo, los productos de la industria actual muestran un registro tan amplio que es imposible agotarlo en esa imagen típica del plástico.

Sólo en lo referente a espumas (en la polimerización de algunos plásticos se consigue la formación de minúsculas burbujas unidas entre sí) encontramos calidades tan dispares como las utilizadas en construcción (aislantes) y las que dan cuerpo a los personajes de los famosos "teleñecos". ( 10 )


( 10 ) Las primeras son espumas rígidas de poliuretano (con un 90 por 100 de sus celdas cerradas), y las segundas son espumas flexibles (con un 80 por 100 de sus celdas abiertas).


 

Otro éxito del plástico como maestro del camuflaje se encuentra en el campo de la biotecnología, particularmente en medicina, allí donde las prótesis internas o externas de elementos que están en contacto con fluidos y tejidos orgánicos exigen comportamientos del material que eviten el rechazo del cuerpo receptor (¡ese monstruo ha invadido nuestro propio cuerpo!).

En un mundo complejo, en que las cosas no siempre son lo que parecen, la necesidad de apaciguar la inquietud de la mente por conocer qué hay detrás de cada una de ellas tiende a relajarse, a deglutir sin miramientos tanta y tanta información como le llega. 

Era necesario un material de las cualidades del plástico con su homogeneidad intrínseca (libre, además, de connotaciones e inercias históricas) para aliviar de contenido y paralelamente, como veremos, de peso un entorno que crece en densidad. 

Esto permite al hombre desconectarse del objeto. El objeto de plástico es el objeto material menos material, esa es la razón de que pase tan desapercibido estando, pese a todo, tan presente.


Agilidad:

No es, evidentemente, capacidad de una sustancia inerme, pero continuando con la fantasía propuesta, nuestro monstruo (que aunque de ficción nos lo imaginamos vivo) bien pudiera manifestar donde se encuentra la agilidad del plástico.

Implícita en las dos anteriores la agilidad conlleva normalmente otra propiedad: la ligereza. Algo con tan alta capacidad de transformación, tan ubicuo ( 11 ) y a la vez tan imperceptible necesariamente ha de ser ligero. La agilidad del plástico esta basada en su falta de peso y en la precisión con la que se adapta a los requerimientos de cada uno de los entornos en que se desenvuelve. 


( 11 ) En teología, agilidad (del latín agilitas -atis) es una de las cualidades del cuerpo resucitado (cuerpo glorioso) y que se describe como la facultad de trasladarse de un lugar a otro, instantáneamente, por grande que sea la distancia.


 

Al hablar de peso no solo se hace referencia a la magnitud física, sino también a la entidad que el plástico representa, no tanto en su relevancia con respecto a otros materiales, sino, sobre todo, a la estigmatización (como ser invasor, estigmatiza al ser invadido) que produce en los objetos con él fabricados. Sin embargo, y gracias precisamente a su capacidad de adaptación (la creciente frecuencia con que a una necesidad concreta le sigue la invención de un material que la satisfaga), el plástico confiere al objeto un carácter más etéreo del que la madera o el hierro, por ejemplo, han impregnado durante siglos los objetos creados por el hombre. 

De este modo el material no determina al objeto, sino que se acopla a sus necesidades, a sus funciones, haciendo de éstas su real entidad, exenta de otros condicionamientos (en el hierro, el peso y su proceso de fundición o forjado condicionan significativamente las características de los objetos producidos. Las fibras naturales de la madera, asimismo, determinan su elaboración).


Inmunidad:

"Los polímeros que utilizamos como plásticos, por la naturaleza química y tamaño de sus cadenas [moleculares] no son asimilables por los organismos vivos, ni aun los unicelulares, ni tampoco las enzimas". (Luis Avendaño  ( 12 ))

El personaje monstruoso (denominado así por sus extraordinarias cualidades), que hasta ahora acompaña el discurso, no ha adquirido aún carácter maligno o benefactor. Sin embargo, posiblemente encuentre aquí un factor criticable, su inmunidad, que por las circunstancias actuales (sensibilidad medioambiental) no pasa en absoluto desapercibido: ( 13 )

Se trata de su potencialidad como contaminante, puesto que, según la característica señalada, es una materia difícil de eliminar por medios naturales.

Generalmente dicha contaminación no es tóxica sino meramente visual.

"Los plásticos no pueden calificarse de tóxicos ni de atóxicos, solamente cabe considerarlos como fisiológicamente inertes". ( 14 )


( 12 ) Luís Avendaño, ingeniero técnico-químico, asesor del Centro Español de plásticos, "Situación actual de la legislación sanitaria sobre materiales poliméricos en contacto con alimentos y farmacopea" Revista de Plásticos Modernos, nº 472, octubre 1995 (p. 373).

( 13 ) Paradójicamente, cuando más se reconoce su presencia es al convertirse en residuo.

( 14 ) Ibídem.


 

Es lo que posibilita encontrar aplicaciones en áreas tan delicadas como la medicina y la alimentación, siempre que se encuentren los aditivos apropiados a cada caso. Es la inclusión de otros productos, estos sí, potencialmente dañinos (todos los aditivos, modificadores, catalizadores, etc.), utilizados para dar al material su aspecto definitivo u obtener cualidades específicas, lo que plantea problemas: 

El reciente caso del PVC (policloruro de vinilo) es ejemplar, puesto que después de décadas de producción y utilización se habla ahora de su efecto pernicioso para la salud (sobre todo debido al empleo de cloro en su producción y de una amplia gama de aditivos químicos). Por lo tanto, a pesar de la atoxicidad inicial de los polímeros base, es necesaria una constante evaluación de los aditivos que se integran en la estructura del plástico, para neutralizar su capacidad nociva, si la tuvieran.

Este aspecto agresivo unido a su inmunidad, presenta una imagen bastante negativa del plástico, pero su capacidad de reacción es alta; como alta, decíamos, era su tranformabilidad: si el plástico no es biodegradable se fabricará con esa cualidad, si el plástico es agresivo se sustituirá por otro equiparable en sus cualidades y funciones.

Esta es, en realidad, la baza fundamental de estos materiales y que aglutina las cuatro características descritas en un modelo capaz de asumir requerimientos externos, atendiendo a unos límites que, como el material, son progresivamente más imprecisos.

Y se constituye en modelo porque anticipa lo que un elevado número de materias diversas, a raíz de los descubrimientos que el uso de polímeros propicia, ha adoptado como criterios de investigación y aplicación. Todo con el objeto de engarzarse con éxito en la complejidad de exigencias a que está sometido.

En el primer capítulo hicimos mención de las sartenes antiadherentes. Uno de los productos más utilizados para su fabricación es el politetrafluoretileno (PTFE) más conocido como teflón. Un material extraordinariamente inerte, al que no afecta ni siquiera la acción de sustancias tan corrosivas como el agua regia (mezcla caliente y concentrada de ácido nítrico y clorhídrico).

Lo monstruoso (lo contrario al orden de la naturaleza) deja de serlo por incorporarse en un ambiente que expresa una nueva condición que se asume como natural; aquella en la que la supervivencia (de un material o de un puesto de trabajo) depende del grado de versatilidad con que se afronta cada uno de los nuevos estados a que el ritmo de vida, de acontecimientos, de inventos, nos empuja.

 

Apéndice I.


ANTECEDENTES DE LOS PLÁSTICOS MODERNOS.

Goma laca (resina de origen animal) - fabricación de discos gramofónicos.

Caseína (derivada de la leche) - fabricación de botones, plumas estilográficas, etc. Patentado en 1885 (galatita).

Polimerización del cloruro de vinilo (químico francés Regnault) - sin desarrollo entonces.

Ebonita (derivada del caucho, a través de su vulcanización con azufre) (Goodyear, americano) - fabricación de accesorios eléctricos.

Celuloide (derivado de la celulosa) (John Wesley Hyatt, 1868). Se le considera el primero de los plásticos. - objetos de tocador, juguetes, etc.

Bakelita (fenol-formaldehído) (Baekeland 1908). Jalón básico en el desarrollo de la industria de los plásticos. Comienza a formarse la familia de los termoendurecibles.

Polimetacrilato de metilo 1927.

Poliestireno 1930.

Cloruro de polivinilo (PVC) 1931.

Polietileno de baja densidad 1937.

Poliuretanos (Otto Bayer) 1937.

Nylon (Carothers y colaboradores) 1938.

Tras la Segunda Guerra Mundial se inicia un estudio sistemático de los nuevos productos.

Siliconas 1941.

Poliésteres 1942.

Fluoroplásticos 1943.

Resina epoxi 1947.

Acetálicas 1953.

Polipropileno 1958.

Poliamidas 1964 etc.

 

Apéndice II.

SIGLAS CONVENCIONALES UTILIZADAS PARA LA IDENTIFICACIÓN DE POLÍMEROS.

ABS Copolímero acrilonitrilo/butadieno/estireno (Terluran,* Novodur,**).

ASA Copolímero acrilonitrilo/estireno/éster acrílico (Luran S,*).

CA Acetato de celulosa.

CMC Carboxi-metil-celulosa.

CN Nitrato de celulosa.

CS Caseína (Galatita).

EC Etil-celulosa.

ECB Copolímero de etileno con bitumen (sustancias compuestas principalmente de carbono e hidrógeno). (Lucobit,*).

EEA Copolímero etileno/acrilato de etilo.

EP Epóxidos.

EPS Poliestireno expandido (Styropor,*).

EVA Etil-vinil-acetato.

LCP Polímeros de cristales líquidos (Vectra***).

MF Melamina-formaldehído (Hostaset***).

PA Poliamidas (Nylon, Ultramid,* Durethan,**).

AEP Poli(éter acrílico).

PAEK Poliarilétercetona (Ultrapek,*).

PBT Poli(tereftalato de butilo). (Ultradur,* Pocan,** Celanex y Vandar***).

PC Policarbonato (Makrolon y Apec HT,**).

PE Polietileno.

PEEK Polietereterquetona (Hostatec***).

PFPE Perfluoropoliéter.

PEHD o HDPE Polietileno de alta densidad (Lupolen,* Hostalen***).

PELD o LDPE Polietileno de baja densidad (Lupolen,* Hostalen***).

PEOX Poli(óxido de polietileno).

PES Poli(éter sulfona) (Ultrason E,*).

PET Polietilentereftalato (Impet***).

PF Fenol-formaldehido (Hostaset***).

PI Poliimidas.

PIB Poliisobutileno (Oppanol,*).

PMMA Polimetacrilato de metilo (Plexiglás, Altuglás, Perspex, Lucryl,*).

POM Polioximetileno (Ultraform,* Hostaform***).

PP Polipropileno (Novolen,* Hostalen PP y Hostacom***).

PPO Polifenilenóxido.

PS Poliestireno (Polystyrol,* Hostyren y Hostapor***).

PSU Polisulfona (Ultrason S*).

PTFE Politetrafluoroetileno (Teflón, Hostaflon***).

PUR Poliuretano (Poliuretano termoplástico Desmopan,**).

PVAC Poli(acetato de vinilo).

PVAL Poli(alcohol de vinilo).

PVC Poli(cloruro de vinilo) (Vinoflex,* Hostalit***).

SAN Copolímero estireno/acrilonitrilo (Luran,*).

SI Silicona.

SMS copolímero estireno/metilestireno.

UF Urea formaldehído (Hostaset***).

UP Poliéster insaturado (Hostaset***).

VA Acetato de vinilo.

VE Viniléster (Palatal,*).

VU Vinilésteruretano (Palatal,*).

 

* BASF, ** BAYER, *** HOECHST (Catálogos de los productos comercializados por las tres firmas líderes del sector).

 

Apéndice III.

CLASIFICACIÓN DE POLÍMEROS ORGÁNICOS SINTÉTICOS GRUPO TERMOPLÁSTICO.

A él pertenecen los productos que con aumento de temperatura pierden dureza y rigidez y se reblandecen. Al enfriarse vuelven a su estado inicial físico-químico si la temperatura a la que han llegado previamente no ha modificado su estructura molecular (si las cadenas de la estructura polimérica son independientes entre sí, cuando la temperatura aumente podrá llegarse a un movimiento libre de la masa. 

Cuando la temperatura baje volverá a su estado inicial).

Polímeros de masa: Prestaciones que responden a condiciones de ejercicio no particularmente onerosas y aceptables en un amplísimo espectro de aplicaciones; en general, muy simples de elaborar:

Cloruro de polivinilo (PVC).

Polietileno de baja densidad (PEBD).

Polietileno de alta densidad (PEHD).

Polipropileno (PP).

Poliestireno (PS). Poliestireno expandido (EPS).

Franja intermedia: Prestaciones algo superiores respecto a los polímeros de masa o de particular interés para aplicaciones en las que una sola propiedad específica hace favorable su utilización:

Formulaciones particulares de las familias del grupo anterior (por ej. reforzados de vidrio):

Celulósicas (CA, CN, EC) (el celuloide).

Metacrilatos (PMMA) (plexiglás, altuglás, perspex,..).

Acrilonitrilobutadieno estireno (ABS).

Estireno acrilonitrilo (SAN).

Tecnopolímeros: Cualidades mecánicas satisfactorias incluso a temperaturas elevadas:

Poliamidas (PA). son los tecnopolímeros más utilizados (el hilo de nylon).

Poliésteres saturados: Polietilentereftalato(PET).

Polibutilentereftalato (PBT).

Policarbonatos (PC).

Politetrafluoroetileno (PTFE) (teflón).

Acetálicos (POM).

Polifenilenóxido (PPO).

Polisulfones (PPSU).

Poliacrilatos.

Superpolímeros: Elevadas propiedades mecánicas y térmicas, difícil elaboración. Su campo de aplicación es parecido al de los compuestos avanzados, de los que en algunos casos constituyen la matriz:

Poliimidas (PI).

Polietereterquetona (PEEK).

Polímeros de cristales líquidos (LCP), procedentes, generalmente de poliésteres y poliamidas aromáticos. Existen dos tipos: Liotrópicos, no tratables térmicamente (fibras aramídicas: Kevlar, de excepcional resistencia mecánica y térmica). Termotrópicos: pueden ser tratados térmicamente (mayor complejidad tecnológica).

 

GRUPO TERMOESTABLE O TERMOENDURECIBLE.

A él pertenecen aquellos productos que mantienen constantes sus propiedades al aumentar la temperatura, hasta llegar a su punto de resistencia máxima, donde comienzan a descomponerse (cuando las cadenas de la estructura polimérica se ramifican formando una red tridimensional, aunque aumente la temperatura el movimiento no será posible).

La clasificación anterior de grupo termoplástico no es efectiva ahora con el termoestable dado que los productos de este apartado plantean aplicaciones, derivadas de sus posibilidades de tratamiento, muy diversificadas por lo que no hay franjas tan definidas en cuanto a las prestaciones y rendimientos que ofrecen.

Resinas fenólicas (PF) (Bakelita).

Resinas uréicas (UF).

Resinas melamínicas (MF).

Resinas de poliéster (copolímeros de los poliésteres no saturados, con estireno o derivados vinílicos) (UP).

Resinas epoxi (EP).

Resinas alcídicas o alquídicas (terylene y dacrón).

Poliuretanos (PU).

Siliconas (SI)(Polímeros semiorgánicos en los que el silicio sustituye al carbono en los compuestos orgánicos, por lo que se las considera puente entre la materia orgánica y la inorgánica).


Como ya se advirtió, la frontera entre las materias termoplásticas y las termoendurecibles no resiste la capacidad de algunos de estos productos de modificar sus propiedades. Así por ejemplo, la proporción de formaldehído (estabilizador de las resinas de las que forma parte) provoca que la resina fenólica resulte termoplástica o termoestable. Del mismo modo las siliconas pueden ser termoplásticas, termoestables, líquidas, pastosas o sólidas.


GRUPO DE ELASTOPLÁSTICOS O ELASTÓMEROS.

Polímeros que pueden pertenecer tanto a los termoplásticos como a los termoestables (los elastómeros vinílicos por ejemplo, pertenecen al primer grupo, mientras que los elastómeros de poliuretano y de silicona pertenecen al segundo) y reciben su nombre de la propiedad de elasticidad en condiciones normales de temperatura, en combinación con otras prestaciones.

 

Apéndice IV.

TÉCNICAS Y PROCESOS DE FABRICACIÓN.

Las técnicas de fabricación y los métodos utilizados determinan la aplicación específica de un plástico y las propiedades de los elementos con él construidos.

 

Procesos a alta presión (Termoplásticos y termoestables se calientan hasta alcanzar plasticidad, tomando configuración definitiva en moldes):

 

Moldeo por compresión.

El molde consta de dos piezas, macho y hembra, generalmente de un acero especial que se calienta para dar forma al plástico (introducido previamente en forma de polvo o granza). Éste fluye entre ambas piezas hasta su curado, en el caso de los termoendurecibles, y hasta que se enfría, en el caso de los termoplásticos.

 

Inyección (termoplástico principalmente).

El polvo de moldeo es empujado por un pistón a una cámara, donde se calienta, y es forzado a través de una tobera de alta presión y por un canal, hacia un molde cerrado. El molde permanece frío y el plástico endurece hasta su extracción.


Coinyección.

Mediante toberas especiales con diferentes canales, se inyectan simultáneamente dos o más tipos de plástico, ocupando, cada uno de ellos, lugares prefijados en el interior del molde, donde endurecen.

Moldeo por transferencia (para aplicar las ventajas de la inyección a los termoendurecibles).

El plástico se calienta en una tolva hasta el grado de plasticidad y, mediante la presión de un pistón, pasa inmediatamente a un molde cerrado, donde cura. El ciclo es más rápido y se logran detalles más finos.


Extrusión (para proporcionar perfiles continuos en termoplásticos).

El plástico, una vez calentado y reblandecido, se fuerza a pasar a través de una boquilla donde el perfil extruido continuo se enfría y endurece.


Sinterizado.

El plástico en polvo o en diminutas partículas se deposita en un molde, donde, a través de presión y temperatura, se logra un material homogéneo que recoge la impronta deseada.

 

 

Films (menos de 0,25 mm) y láminas:


Calandrado.

El plástico fundido se hace pasar a través de varios juegos de rodillos (o calandras) calentados. Los últimos rodillos pueden imprimir acabados texturados, mates y/o brillantes.


Extrusión.

Con esta técnica se consigue orientar las moléculas de plástico en la dirección de la extrusión.


Extrusión y soplado.

Se extruye un tubo de plástico y se expansiona mediante presión del aire a medida que sale de la boquilla, luego se corta y se abre.


Colada.

Los materiales plásticos pueden fundirse, disolverse en disolventes o llevarse al estado de suspensión, como el látex, y depositarse sobre una superficie plana, haciéndose pasar bajo una cuchilla que determina el grueso de la lámina. Así se enfría y solidifica, y el disolvente se evapora.

 


Moldeado al vacío y termoformado.


Moldeado al vacío.

Se calienta la lámina de plástico (termoplástico), se sujeta por sus bordes al molde, que a su vez está conectado a una bomba de vacío. La lámina caliente es aspirada hasta que adopta la forma del molde.

Conformado por vacío con retroceso elástico.

La tendencia a retornar a la forma inicial de la lámina calentada y sometida al vacío, se aprovecha para situar en su interior un macho sobre el que se adapta la lámina, una vez cesa el vacío. Si es necesario se aplica aire a presión positiva para una adaptación completa.


Termoformado.

Se utiliza un molde con numerosos orificios sobre el que se coloca la lámina de plástico. Ésta se calienta con calentadores de infrarrojos y, simultáneamente, se conecta un orificio del molde a una bomba de vacío, lo que obliga a la lámina a adoptar la forma hasta que se enfría.

 


Espumas.

Preespumadas o espumadas.

El poliestireno, por ejemplo, se extruye en forma, habitualmente, de largos bloques y diferentes densidades, para luego ser cortado en planchas, tablones y bloques.


Los plásticos espumados in situ.

Granos expandibles.

Llevan ingredientes volátiles incorporados que se evaporan por calentamiento provocando que los granos se expansionen en bolitas espumadas. Los granos se introducen en un molde y, mediante vapor, se calientan hasta que adquieren, poco a poco, el volumen del molde.


Líquidos.

Cuando se mezclan los componentes líquidos se producen gases que hacen que la masa se expansione a la vez que se vuelve rígida y endurece.

 

Estructura de la espuma de poliestireno expandido (observada desde un microscopio electrónico reticular) (Catálogo Basf).

 

 

Estructuras blandas y rígidas de plástico (Catálogo Bayer).

 

 

II.2. MADERA, METAL Y PIEDRA.

II.2.1. De madera, madera.

II.2.2. Del heavy metal a las aleaciones ligeras.

II.2.3. De piedra.

 

II.2. MADERA, METAL Y PIEDRA.

Por lo dicho hasta ahora debe ser clara la pertinencia de incluir la madera, el metal y la piedra en un estudio acerca de nuevos materiales, a pesar de que al enunciarlos reverberen en nuestra mente las edades históricas del pasado (Edad de Piedra, de hierro,..), y que les confiere un contenido sedimentado a lo largo de siglos. 

Es evidente que la evolución y transformación de los procedimientos empleados para su obtención, mecanizado y procesado han sido muy rápidas y efectivas en los últimos decenios. Todo ello posible, entre otras cosas, por su reacción competitiva ante materiales emergentes como el plástico, cuya industria, si por un lado tiende a ocupar espacios tradicionalmente vinculados a esas materias (de las cuales se ha mostrado sustituto casi perfecto), por otro las ha enriquecido de manera notable gracias a la diversificación que, en la percepción y desarrollo del material imprime una tecnología susceptible de aplicación, directa o indirecta, en campos que en apariencia estaban ya muy trillados.

Se han multiplicado los híbridos, pero quizá el hecho más importante lo constituya el trasvase e incorporación de tecnología y conocimientos que un determinado sector ya no emplea en exclusiva. Todos permanecen atentos a las posibles aplicaciones que de un nuevo producto o técnica puedan derivarse, ya sean ésta o aquel elementos propios o extraños a un campo industrial determinado.

"Las materias no son intercambiables, pero las técnicas se penetran y en sus fronteras la interferencia tiende a crear materias nuevas." (Henri Focillon ( 1 ))

Esta idea es básica para comprender la vitalidad que muestra la industria de los materiales.

En un sentido estricto las materias no son intercambiables, pero, admitiendo una actitud pragmática, hoy día, muchas de las cualidades consideradas inherentes y definitorias de un material han perdido su especificidad, al verse reproducidas y superadas con eficacia. ( 2 )

Muchas de las combinaciones entre nuevos materiales, materiales tradicionales, nuevas y viejas técnicas son posibles y los productos surgidos de ese modo ocupan su lugar en el mercado del objeto (todo objeto tiene su mercado, y el reciclado es una parte importante de la nueva industria. La obra de arte, hoy día tan objetualizada, recibe un tratamiento similar ( 3 ) acomodándose con toda naturalidad en él. 

En un entorno caracterizado así, es forzoso asumir el cambio ocurrido en nuestra propia vivencia de los materiales tradicionales; incluso, o precisamente por ello, cuando no existe apenas modificación de su estado natural. El cambio, que no procede directamente de la intervención tecnológica, se debe a una manera distinta de sentir el material.


( 1 ) Henri Focillon. La vida de las formas y elogio de la mano, Xarait Ediciones, Madrid 1983 (p. 43).

( 2 ) Así, una resina epoxídica como el Araldit SV 427 (nombre comercial), es utilizada (tanto en restauración de obras antiguas talladas en madera como de nueva creación) como sustituto de la madera, a la que se asemeja en densidad, porosidad y mecanizado, una vez polimerizada.

( 3 ) El "Museo de Arte Malo" (Museum of Bad Art, MOBA), sito en Dedham (Massachusetts),acoge cuadros con el siguiente criterio: obras de autores de pésima calidad pero realizadas con entusiasmo. Muchas de estas obras han sido obtenidas en vertederos y mercadillos.


 

En el hogar, por ejemplo, la madera no es ya el material constante e indispensable del mobiliario (como lo era a principio de siglo) y por consecuencia obvio del ambiente, mas bien desempeña un papel común con otras muchas materias. Su obviedad es ahora singularidad, pero ésta, inmersa en un mar de sustancias singulares. De este modo se establece una coexistencia entre elementos sintéticos y naturales cuya asimilación hace cada vez más banal dicha clasificación.

"la fabricación sintética significa para el material un abandono de su simbolismo natural y un acercarse hacia un polimorfismo, grado de abstracción superior en el que es posible un juego de asociación universal de las materias y, por consiguiente, un rebasamiento de la oposición formal materias naturales - materias artificiales..." (Jean Baudrillard ( 4))

Esto es fácilmente asociable con el manejo contemporáneo de conceptos, estilos artísticos, etc. dispares dentro de un mismo discurso.

La lógica subsiste en un estrato diferente al de la coherencia formal o estilística a que estábamos acostumbrados. Los materiales actuales son causa y síntoma del mismo proceso.

"No hay un objeto viejo, un mueble rústico `de madera maciza, una chuchería preciosa o artesanal que no entren en el juego y no den testimonio de la posibilidad ilimitada de integración abstracta.

Su proliferación actual no es una contradicción del sistema. Entran en él, exactamente como las materias y los colores más `modernos´, como elementos de ambiente." (Jean Baudrillard ( 5 ))


( 4 ) Jean Baudrillard. El sistema de los objetos, Siglo XXI Editores, Madrid 1994 (p. 41).

( 5 ) Op. cit. (pp. 42-43).



II.2.1. De madera, madera (del latín materia, con la misma raíz que mater, madre)

La madera es un material orgánico de estructura porosa-fibrilar no homogénea, más o menos dura, con aire y complejas mezclas de exudados y estractos en sus poros, y con una variable cantidad de agua en su estructura. 

Sustancia conocida y utilizada en prácticamente todas las civilizaciones desde el principio de los tiempos, mantiene, sin embargo, una increíble capacidad de seducción; la seducción de la materia viva que impregna de calidez el ambiente en que se halla, del mismo modo que sus poros quedan impregnados por el ambiente. 

Existe en la madera ese intercambio que provoca que en el contacto con el cuerpo humano surja una relación de mayor simpatía (comunidad de sentimientos) que la existente con otras materias. ( 6 )

La madera además constituye, con su propia mitología, una entidad perfectamente caracterizada en todos sus aspectos desde su origen (que en sí ya es uno de los símbolos ancestrales del hombre: el árbol) hasta los procesos que se le vinculan. Por ello, cualquier modificación se interpreta como el resultado de lo que parece ser un proceso de sustitución de lo auténtico, la madera (ennoblecida por su nexo vital con el hombre), por sus imitaciones. ( 7 )


( 6 ) "Los minerales y los metales son materiales recalcitrantes: huyen el descubrimiento y se resisten al tratamiento." "La faz de la naturaleza por encima del suelo es hermosa para contemplarla, y el calor del sol agita la sangre del cazador sobre la pista de su presa o del campesino en el campo.

Aparte las formaciones cristalinas, la faz de la mina no tiene forma: ni árboles amigos, ni animales, ni nubes atraen la vista." Lewis Mumford, Técnica y civilización, Editorial Altaya, Barcelona 1998 (pp. 80-81).

( 7 ) Por el hecho de imitar a otras, parte de las nuevas materias han adquirido un valor subordinado al de la materia que suple, ocultando sus propias cualidades originales salvo, claro está, la de copiar.


 

No obstante su mudabilidad (en el aspecto, en la forma) y su vulnerabilidad (a los agentes atmosféricos, insectos, etc.), aspectos que no se conjugan muy bien con una producción estandarizada, mantiene con éxito su presencia.

Una de las premisas más importantes para que un material tenga hoy día aceptación es la capacidad de homogeneizar y adaptar sus características a los requerimientos de la demanda industrial. Hay casos en los que la imitación de calidad supera en rendimiento (y en carestía) al material original, sin deterioro aparente del carácter que le es propio, por lo que la elección se deriva, en muchas ocasiones de la apreciación subjetiva. 

Esa apreciación varía a través del conocimiento o, mejor, de la información recibida, más allá de la respuesta y aspecto que ofrezca el material (como en cualquier circunstancia en que, entre dos elementos no existan diferencias inmediatas y explícitas); es decir, saber si se trata de madera maciza ("madera, madera") o un tablero de contrachapado por ejemplo, condiciona la interiorización que hacemos del material y por lo tanto del objeto con él construido. ( 8 )

A menudo la elección tiende a satisfacer el "hambre de autenticidad" mencionado, pero dada la habilidad de las nuevas materias para resolver problemas específicos con técnicas específicas, cada producción tiende a ocupar su puesto, su función, para la cual se ha diseñado. De este modo todo material pasa a ser auténtico.

Aún a pesar de la existencia de otros materiales que, en combinación con diversas técnicas, evitan muchos de sus problemas y mimetizan sus cualidades, ( 9 ) la madera evidentemente sigue siendo utilizada en un espectro muy amplio de objetos y funciones (cuanto más regularizado y controlado está nuestro ambiente más interés suscita un material con una energía propia capaz de variar tanto como lo hace la madera en el transcurso del tiempo).


( 8 ) Algunos de los recientes productos para la colocación de suelos de madera (parqué laminado, tarima flotante) ofrecen una gama de acabados y unas prestaciones superiores a las conseguidas en el empleo de madera maciza. Tener esta información crea, en este caso, disonancia con la idea de autenticidad de que nos valemos normalmente.

( 9 ) Los polímeros sintéticos, como ya se ha mencionado, adquieren protagonismo al respecto, ya sea en combinación con partículas de madera, como aglutinante, como adhesivo en estratificados, laminados superficiales, etc.

Curiosamente el primer plástico sintético comercializado, el celuloide, proviene de un derivado de las fibras de celulosa de la madera (nitrato de celulosa sometido a un tratamiento con alcanfor).


 

El afán ecologista, por otra parte, interviene provocando reacciones que malinterpretan los enunciados de un real interés ecológico, como el uso artificioso de la madera en un sinfín de objetos (utilizar un bolígrafo de madera, vendido en un establecimiento "ecológico", por ejemplo). Para muchas personas el estar cerca de la naturaleza significa consumirla (basta que se señale un producto escaso y de difícil obtención para que su demanda se dispare). Lo que se adquiere, además es algo que en sí mismo ya contiene un valor inmenso: el tiempo y las huellas indelebles que su paso deja en el material (los anillos de la madera dan información clara y precisa de su propia historia). 

En el plástico no existen tales huellas, es un producto del presente, se consume aquí y ahora; en él, el pasado es desconocido y el futuro incierto.

Un objeto de madera integra, ya en su material, un tiempo pasado. 

El hecho de tener un pasado ya es para los objetos un valor nada despreciable teniendo en cuenta la cantidad de cosas perecederas que nos rodean. 

No hace mucho tiempo, muebles, electrodomésticos (la famosa Turmix), coches, eran concebidos para acompañar, durante un periodo bastante largo, la vida de una familia; hoy se sustituyen con relativa facilidad. Además, por la relevancia que adquiere el ahorro de tiempo, aquel proceso que necesite de un desarrollo lento, ya sea la fabricación de unas madreñas artesanas, la curación del jamón ibérico ( 10 ), o el crecimiento de un árbol, tiene un valor añadido.


( 10 ) El interés económico del producto ha propiciado planes de investigación científica para que en su elaboración el rendimiento sea máximo y el tiempo empleado mínimo, de tal modo que se multiplique su consumo sustituyendo el proceso artesanal por otros más rápidos.


 

El ciclo vital del árbol es más amplio que el de cualquier ser vivo (algunos con más de cuatro milenios de edad, aunque la mayoría de especies puede llegar a alcanzar de cien a trescientos años), y sin embargo, la vida humana siempre ha encontrado en él un testigo del paso del tiempo. 

Grabar un corazón en su corteza, plantarlo o desarraigarlo son actos excesivamente ligados a la vida (y a la muerte), y el material mantiene perpetuamente esa animación, esa capacidad de cambio; pero de cambio lento, cuestión básica para entender la vigencia y potencia actual de esa afinidad con el hombre.

Anuncio publicitario editado en diferentes medios gráficos (1997).

Quizás una de las sustancias más emblemáticas de las derivadas de la madera sea el papel, asociado a un objeto igualmente emblemático: el libro.

Merece la pena detenerse un momento en esta asociación.

En los libros, donde las "materias" intelectuales se convierten en materia física, papel, el objeto posee peso, densidad y cualidades táctiles que se unen al contenido propio de la obra escrita. De este modo se consigue medida, se hacen mensurables en nuestras manos una novela o una obra de teatro. Un objeto de uso hecho a medida humana. Son un tipo especial de envases en los que, en cierta manera, el contenido da lugar a la forma del continente (al igual que ocurre con los seres vivos).

A pesar de ser un material sintético, el papel con que se fabrica un libro trasmite al objeto las propiedades de su materia de origen, generalmente la madera; incorporando todas esas características mencionadas incluido el lento desgaste del tiempo.

Una hoja de papel consiste en un conjunto desordenado de fibras entretejidas que forman una lámina.

Puede estar compuesta por cualquier tipo de fibra orgánica, pero la mayor parte del papel tiene como materia prima la pulpa de madera.

Procedencia: Lejano Oriente, S.II d.J.C.

Cualquier material sufre desgaste con el paso del tiempo, y cada uno revela sus propias peculiaridades en el proceso. ( 11 )

En el libro, como en la madera, van quedando huellas de erosión, de humedad, de sobo ( 12 ) que le hace permeable al entorno y reacciona arrugándose, encogiéndose, doblándose de un modo notorio y reconocible en su lento proceso.


( 11 ) El estudio de basuras y deshechos incorporaría una visión complementaria y enriquecedora del estudio de los materiales.

(12 ) En algunas tallas de la imaginería religiosa, los devotos, al tocar con sus manos una y otra vez la imagen, erosionan el material rápidamente, con una eficacia que parece prolongar la labor del escultor y provoca una extraña sensación de organicidad.


 

El tiempo también se sustancia al ritmo de la lectura, al recorrer sus hojas (exentas de clorofila) nace, crece y concluye. Es un objeto fetiche de nuestra cultura que, contra el vaticinio de su desaparición en favor del soporte digital, aún se resiste a ser olvidado.

El libro (el objeto y el modo en que lo usamos), y la madera nos hablan de un desarrollo cíclico, de un tiempo aprehensible, lo que les otorga un sentido renovado que paradójicamente consiste en hacernos conscientes de nuestro propio tiempo, del tiempo de nuestro propio cuerpo.

No obstante, estamos hablando de una serie de características que definen al material por su, digamos, fidelidad a sí mismo a través de una larga historia.

La especificidad de las que surgen ahora, aún teniendo el mismo origen, plantea serias variaciones:

El papel tiene una historia milenaria, razón por la cual goza de un estatus privilegiado frente a otros productos sintéticos, pero las infinitas variedades actuales dificultan hablar tan genéricamente de él. Lo mismo ocurre con la madera. ( 13 )

No existen nuevas especies de árboles, pero los nuevos procedimientos de explotación y tratamiento nos permite acceder a muchas que hasta ahora eran desconocidas o de difícil obtención a la vez que se multiplican los subproductos que originan.

La entidad de estos subproductos es muy diferenciada entre sí y con el material de base, al igual que su utilización (también el uso estructural, en el que la madera declinó en favor de otros materiales como el acero, parece recuperarse en parte debido al uso de madera laminada ( 14 )).

Necesariamente, también la actitud con que se acomete la labor cambia.

"No bastan conocimientos para trabajar con las manos, hay que alcanzar un ritmo que nos ponga en sintonía con el material y nos una a la herramienta como si ésta fuera una prolongación de nuestro cuerpo. Hay que comprender como trabaja cada útil y la naturaleza íntima del material que empleamos". (Basajaun/Madreselva ( 15 ))


( 13 ) Curiosamente, los actuales tableros de fibras o partículas tienen su origen a finales del siglo XIX cuando se aplicó la tecnología de fabricación del papel. A mediados de 1960 se produjo el primer tablero convencional DM, tal como lo conocemos hoy día.

( 14 ) En arquitectura, el uso de la madera se ha visto impulsado gracias a los nuevos tratamientos y técnicas que consiguen su equiparación con los logros de otros materiales. Arquitectos como Alvar Aalto muestran en sus construcciones la potencialidad de la madera (Ver revista Arquitectura Viva, nº 48. Mayo-Junio, 1996).

( 15 )  Ignacio Abella (Basajaun/Madreselva), El hombre y la madera, monográfico de la revista, Integral, Barcelona 1990 (p. 11).




Es una sentencia que resulta sencillo compartir (cuando imaginamos un tronco de madera) y sin embargo es necesario un esfuerzo para aplicarla a materiales en los que su "naturaleza íntima" ha sido proyectada con anticipación. Por sí sola la nomenclatura utilizada para su designación, DM (tablero de fibras de densidad media) u OSB (tablero de fibras orientadas), por ejemplo, despista y causa perplejidad y, en casos, ni siquiera su aspecto ofrece pistas de que lo que observamos es un tablero constituido por partículas de madera.

Por un lado la tarea resulta más fácil dado que en los nuevos materiales, al tener una estructura uniforme, el mecanizado se realiza con más rapidez y el sistema de producción permite conocer el material previamente diseñado y ensayado; pero por otra parte surge la necesidad de combinar diferentes productos, debido a que cada uno de ellos responde a unas necesidades y solo a esas, y esto requiere la suma de conocimientos: " La materia ya no es un conjunto determinado de materiales, sino un sistema de lenguajes, de conocimientos y tecnologías.(...) ya no es tan fácil verlos, conocerlos y convertirlos, como se ha hecho siempre, en estímulos para la creatividad." (Ezio Manzini ( 16 ))


( 16 ) Ezio Manzini, Artefactos, Celeste Ediciones, Madrid 1992 (p.121).




Hay aspectos en la madera como son su falta de homogeneidad o su anisotropía (presenta direcciones privilegiadas respecto a la tenacidad o flexibilidad por ejemplo, merced a la disposición de sus fibras) que hacen indispensable el bagaje de experiencias al que antes se aludía. Pero ha transcurrido ya tiempo desde que la técnica logro evitar estos problemas a través de productos como los tableros contrachapados o los aglomerados (la industria más desarrollada de todas las del ramo).

El propósito de hacer dúctil la madera, imprimir en ella un carácter más versátil (logrado en parte por los procesos de mecanizado pero sobre todo por la multiplicación de productos) acerca este material a la dinámica de la industria de los plásticos. De hecho los polímeros intervienen cada vez con más presencia en los elaborados de la madera.

"Las investigaciones actuales están encaminadas a convertir todo el árbol (tronco, ramas, corteza y raíces) en una masa fibrosa, para reelaborar esta materia prima en forma de tableros y productos moldeados, los cuales, a la vez que poseerán propiedades totalmente controladas, podrán ser impregnados a lo largo de su fabricación con cualquier aditivo que se desee". ( 17 )

Por el momento, los polímeros son la base en el uso de adhesivos y tratamientos superficiales de la madera. Gracias a ellos se ha logrado domeñar aquellas características propias de la madera que para determinados usos, como la construcción, significaba una pérdida de su capacidad competitiva frente a otros materiales.

En los adhesivos para estructuras de madera laminada el más utilizado desde hace años es la cola de Resorcina Fenol Formol (RFF). Actualmente existe otra opción: la cola de Melamina Urea Formol (MUF) que gana terreno tanto a las RFF como a las de UF (Urea Formol). 

Todas ellas son resinas termoendurecibles.

Una nueva tendencia en el uso de adhesivos para tableros (el más utilizado actualmente es la cola de urea formol) la constituyen los isocianatos (unen provocando reacciones químicas con las moléculas de las superficies elegidas). ( 18 )


( 17 ) A.A.V.V. La madera, Editorial Blume, Barcelona 1980 (p. 44).

( 18 ) Revista AITIM (Asociación de investigación técnica de las industrias de la madera y corcho) nº 179, Madrid 1996 (p.p.24-25 y 82-84).


 

En cuanto a los barnices y agentes protectores se emplea una amplia gama de polímeros: celulósicos y nitrocelulósicos, urea formaldehído, melamina formaldehído, poliuretanos, poliésteres y poliacrílicos.

Tableros manufacturados:

Tableros contrachapados.

Delgadas láminas de madera unidas en capas para formar un tablero estable y resistente. Las láminas de madera suelen disponerse perpendicularmente para contrarrestar posibles movimientos del material, y su número y el agente adhesivo a emplear se modifica según el uso.

Tableros de alma maciza.

El núcleo está constituido por diversos listones de madera maciza, recubierto en ambos lados por una o dos láminas.

Tableros de partículas.

A partir de pequeñas virutas de madera encoladas a presión. El tamaño de las partículas, su disposición en el tablero y el aglutinante empleado es diferente según el uso a que estén destinados. Los hay con un núcleo de partículas más gruesas entre dos capas de partículas finas y de alta densidad (apta para recibir laminados plásticos) y también de virutas de gran tamaño con sus fibras orientadas (OSB) y dispuestas en capas como ocurre con los contrachapados.

Tableros de fibra.

Se construyen a partir de los elementos fibrosos básicos de la madera. La aplicación de resinas, presión y elevada temperatura permite obtener un material estable y muy homogéneo.

Dos tipos: Duros (de alta densidad) y semiduros (de alta densidad o DA, de baja densidad o DB y de densidad media o DM).

Otro factor que permite comprobar esa aproximación a una concepción de la madera como material plástico, es la progresiva utilización de moldes y la tecnología consiguiente. ( 19 )


( 19 ) Un nuevo bio-termoplástico basado en la madera (constituyentes básicos: partículas de madera y maíz pulverizado) como el Fasal convina las propiedades versátiles y atractivas de la madera con una adecuada procesabilidad de los plásticos, en particular en la producción en serie (con técnicas de moldeo por extrusión e inyección). Revista de Plásticos Modernos, nº484, octubre 1996, pp. 449-450. En cuanto a la utilización de moldes manteniendo la estructura natural del material pueden mencionarse el laminado y el curvado, técnicas que igualmente están recibiendo un nuevo empuje.


 

El curvado de la madera que permite aprovechar óptimamente su estructura fibrilar ha cobrado también nuevo impulso.

De este modo pueden satisfacerse demandas al material (de precisión, estabilidad o resistencia) que afectan tanto a objetos de uso doméstico como a estructuras arquitectónicas (figuras I y II).

 

Figura I. Bañera de madera de cedro diseñada por Claeson, Koivisto y Rune.

 

 

Figuras II. Cubierta arquitectónica de Renzo Piano


II.2.2.
Del Heavy Metal a las aleaciones ligeras.

La alusión musical ( 20 )en el apartado destinado a los metales ayuda a poner de relieve el vínculo de estos materiales con unos sonidos inconfundibles, cuya asociación no pasa inadvertidamente por determinados momentos históricos donde los metales fueron materiales revolucionarios en un sentido u otro. 

El fragor de esas revoluciones sonaba a metal vibrante e hiriente:

"Es posible que el mito de la Edad de Oro fuera una expresión de la conciencia de la humanidad de lo que había perdido cuando logró dominar los metales más duros" (Lewis Mumford ( 21 ))


( 20 ) El Heavy Metal surge como desarrollo posterior al llamado Hard Rock (rock duro), la parte más fuerte del movimiento vanguardista iniciado entre 1968 y 1969. La violencia del sonido enardecía a la multitud que escuchaba. El uso de la palabra metal en su denominación, alude a los sonidos característicos de su música que aprovechaba la asociación anímica de su agresividad para trasladarla al público.

( 21 ) Lewis Mumford. Técnica y civilización, Editorial Altaya, Barcelona 1998, vol. I (p. 85).



El sentido de pérdida se pone de manifiesto en la adscripción a cada una de las edades de sus protagonistas míticos:

Edad de Oro - Tiempo de los dioses.

Edad de Bronce - Tiempo de los héroes.

Edad de Hierro - Tiempo de los hombres. (En este sentido, nuestra Edad Contemporánea sigue siendo de los hombres; por otro lado, dada la proliferación de lo light en nuestra cultura, quizá fuera posible escoger el aluminio como metal representativo).

Al margen de la relación anímica que sugiere la clasificación anterior (los hombres nos hemos quedado solos, sin dioses y sin héroes) con todo un entorno complejo de asociaciones religiosas, sociales o filosóficas, el descubrimiento e incorporación de los metales a la vida cotidiana supuso cambios muy importantes.

Los pasos de esa historia evidencian el nexo constante entre el arte de la minería, la metalurgia, el nacimiento de la máquina y su desarrollo. La secuencia adquiere de este modo, el ritmo percusivo, brillante y expansivo que caracteriza a nuestra cultura occidental.

Si el oro era el metal de más fácil manipulación, la obtención y procesado del hierro o el cobre requerían mucho mayor esfuerzo.

"Los minerales y los metales son materiales recalcitrantes: huyen el descubrimiento y se resisten al tratamiento. Los metales sólo responden ablandándolos: donde hay metal debe haber fuego." (Lewis Mumford ( 22 ))


( 22 ) Op. cit. (p. 86).


 

El dominio de estas técnicas y por tanto de los metales, supuso también, en muchos momentos de la historia, el dominio sobre los hombres. Es difícil disociar la evolución de los metales (desde las espadas de Damasco a los cañones Krupp) de la actividad guerrera y ésta a su vez de la económica. No es el momento de analizar las implicaciones entre ambas actividades, pero puede servir de ilustración cómo, en nuestra época moderna, los sistemas de transporte (un factor dinámico, donde los aceros han tenido inmensa repercusión) son, en tiempo de paz y especialmente en tiempo de guerra, el elemento que inclina la balanza favorable o desfavorablemente en el desarrollo, defensa o expansión de un país.

A menudo con un papel protagonista, la industria de guerra está atenta a las primicias de cualquier descubrimiento aplicable a sus necesidades, ejerciendo una labor pionera cuyos resultados han podido ser luego extendidos a otras áreas (el mismo principio de compresión de gases actúa sobre el proyectil de un arma de fuego o en un motor de explosión).

Los metales, dentro de este contexto, ocupan en la actualidad, como lo hicieron en el pasado, un puesto destacable como materiales estratégicos. ( 23 )

Emocionalmente la asociación establecida con el metal no encuentra competidor en torno al papel que simbólicamente le otorgamos como defensor o agresor, ya sea ante la materia circundante o contra ella. Acciones tan reales como golpear, hendir o cortar adquieren pleno significado cuando las desarrolla un objeto metálico. Pocas imágenes tienen tanta potencia como la de un cuerpo humano lacerado por un objeto metálico ni una iconografía tan universal: ya se trate de Cristo crucificado, un suicida japonés haciéndose el haraquiri o, ya en nuestros días, el pearcing, sin olvidar la contribución de una película como Psicosis (ALfred Hitchock, 1960).

Este carácter activo-agresivo (mucho más presente que el defensivo) puede trasladarse a otro contexto menos físico, más abstracto, pero universal: el dinero, el poder económico (arma fundamental en toda época), con su expresión material y sonora: el "vil" metal tintineante.

La revolución que supuso la invención del dinero adquirió su entidad cuando se acuñaron las primeras monedas metálicas (Lidia, entre el 640 y el 630 a.C., realizadas en electro, una aleación de oro y plata de color ámbar).

"De todas las sustancias que pueden utilizarse para fabricar dinero el metal tiene más aplicaciones prácticas que otras y ha conservado su valor por más tiempo y en un radio mayor que ninguna otra. Como es un bien perdurable, sirve como reserva. (...)

Puede convertirse en una joya o la punta de una lanza un día y, al siguiente, ser utilizado nuevamente como dinero." ( 24 )


( 23 ) Así consta en uno de los primeros manuales de edición española que aborda globalmente el tema de los nuevos materiales, y que no por casualidad lo publica el Colegio Oficial de Ingenieros de Armamento. Fancisco Javier Melero Columbri, "Los nuevos materiales y sus aplicaciones, 1ª parte", Memorial de Ingeniería de armamento, nº 19, 2º trimestre, Madrid 1990.

( 24 ) Jack Weatherford. La historia del dinero. De la piedra arenisca al ciberespacio, Editorial Andrés Bello, Barcelona 1998 (p. 50).


 

"Se trata de una invención estrictamente humana, pues constituye, en sí mismo, una metáfora; es algo que alude siempre a algo más.(...) El dinero representa una forma infinitamente expandible de estructurar el valor y las relaciones sociales: personales, políticas y religiosas, a la par que las comerciales y económicas." (Jack Weatherford) ( 25 ) 


( 25 ) Op. cit. (p. 73).


 

Un metal fue lo que se tomó como patrón de valor y aval de las transacciones económicas. Aunque utilicemos el llamado papel moneda, es un montón de lingotes de metal, encerrados tras una coraza también de metal, lo que respalda su uso. Sin embargo comenzamos a sentirnos lejos de esa tangibilidad del metal-dinero (tan grata al Tío Gilito) que, como dice la cita, cada vez adquiere un sentido más metafórico. El dinero de plástico (también en esto la plasticidad invade el concepto) permite aún mayores transformaciones virtuales del metal.

En el origen de su maravillosa capacidad plástica que le permite transformaciones tan fabulosas como la metamorfosis de cañón (ofensivo) a león (defensor de parlamentos), está, ya se ha dicho, el fuego. El aprovechamiento del material viene condicionado por el uso de temperaturas extremas en su tratamiento, sin las cuales es difícil procesarlo. Puede que sea esta relación la causa del carácter apasionado y vehemente del movimiento que genera en torno a sí el metal.

Una vez convertido en objeto de uso, el metal sigue manifestando una importante sensibilidad a las variaciones de la temperatura ambiente, dilatándose o encogiéndose a pesar de su estructura cristalina y gracias a su capacidad conductora de calor. Expresa también importantes reacciones ante otros agentes circundantes (humedad, ácidos, incluso los contenidos en la sudoración humana).

Quizá su "temperamentabilidad" hace del metal un material en muchos casos hosco al tacto, por lo que a menudo se presenta recubierto de algún otro material o, al menos, con algún tipo de pulimentación, opción en la que también interviene una actitud estética ( 26 ) (actitud que difiere en escultura, donde a menudo, y al contrario de lo que muchas veces se afirma, no se trata de un objeto pensado para ser tocado, sino básicamente para ser visto. Se trata de una tactilidad visual).

En este recorrido, en el que se han abordado algunas de las relaciones físico-afectivas que mantenemos con el metal, ( 27 ) no podían faltar dos de sus cualidades más contundentes: el peso y la tenacidad.


( 26 ) Junichiro Tanizaki nos hace comprender que esta predilección por lo pulido y brillante no siempre ha sido común a todos los pueblos y épocas: "la vista de un objeto brillante nos produce cierto malestar. Los occidentales utilizan, incluso en la mesa, utensilios de plata, de acero, de níquel, que pulen hasta sacarles brillo, mientras que a nosotros nos horroriza todo lo que resplandece de esa manera." (...) "... nos gusta ver cómo se va oscureciendo su superficie y cómo, con el tiempo, se ennegrecen del todo."

El elogio de la sombra, Siruela, Madrid 1994 (p. 28)

( 27 ) De modo genérico, ya que es evidente la diferencia de connotaciones que cada uno de los metales, oro, plata, bronce o titanio tiene en un ámbito dado.


 

La densidad de estos materiales es generalmente alta, lo que de inmediato se percibe corporalmente como una concentración de peso en un volumen relativamente pequeño.

De nuevo en este caso podría hablarse de un peso activo, un peso dinámico. El peso del metal se utiliza como herramienta más que como lastre, más como empuje que como cimiento. La tenacidad por su parte, al permitir al metal soportar impactos sin fracturarse, hace posible un dinamismo satisfactorio. Desde que la humanidad aprendió a trabajar el metal y la técnica se perfeccionó, este material sirvió para dar forma a herramientas y armas, ambos instrumentos que como en el caso de la máquina desarrollaban un movimiento en el que la inercia del peso era (y es) un valor que aprovechar.

Naturalmente la energía inicial necesaria para impulsar ese peso y la que se genera entonces, son considerables.

Metal, energía y movimiento, otra serie de palabras que intiman fácilmente.

Es necesaria una energía para la producción del metal, pero también después, el objeto de metal parece estar ligado a la energía (como conductor, contenedor o actor): durante siglos la armadura del guerrero medieval fue eficaz, a pesar de restringir el movimiento del cuerpo que tanta energía derrochaba portándola, para protegerlo del impacto de armas blancas; pero se hizo inútil cuando se descubrió una energía capaz de dotar de gran velocidad un pequeño volumen de hierro o plomo que perforaba sin dificultad la coraza.

Curiosamente la resistencia de estos materiales hizo posible cambios significativos en la percepción del peso como elemento estético: vanguardia en el uso de ese nuevo "peso activo" que construía filigranas en un espacio dotado paradójicamente de una ligereza inusitada (véase la construcción de enormes bóvedas acristaladas en el s. XIX ( 28 ) o el desarrollo espacial de las esculturas de Julio González).


( 28 ) La introducción del hierro como material estructural supuso la dinamización del espacio arquitectónico. En arquitectura actual la asociación energía-metal queda constantemente de manifiesto. Sirva como muestra el empleo, en elementos de construcción básicos, de los hormigones pretensados: se somete a la armadura metálica, que será embutida en cemento, a un esfuerzo inicial de tracción antes del hormigonado de la pieza.


 

Hoy día, el peso de la materia resulta una cualidad devaluada en un ambiente de permanente cambio y transformación.

La evolución en esta familia de materiales tendió como en las restantes no sólo a mejorar sus propiedades sino a jugar con ellas de manera independiente. Por ejemplo en una estructura que haya de soportar tensiones e impactos y a la vez deba de ser móvil (un coche por ejemplo) es necesario encontrar materiales ligeros pero tenaces.

En esta lucha contra la gravedad se hallan inmersos todos los materiales pero, en los metales, el peso es un elemento que los define y del cual es difícil deshacerse sin perjudicar sus cualidades.

El aluminio, de gran ligereza pero de bajo módulo elástico (elevada deformabilidad), necesita de especiales procesos (fundición de precisión) para garantizar un producto más tenaz.

Un metal tan común como el aluminio, fue preparado por primera vez en laboratorio (a pesar de ser el metal más extendido en la naturaleza, nunca se encuentra en estado puro) en 1807 y hubo que esperar hasta 1855 para poder ver las primeras barras en la Exposición Universal de París. Hoy día, sus aleaciones más avanzadas (por ejemplo Al/Li) tienen más de química que de metalurgia.

A pesar de todo, el desmenuzamiento de las propiedades físicas y químicas de los metales, posible para el investigador actual, perturba con sus descubrimientos la asentada imagen que de los metales teníamos. No casan con esa imagen el prensado de partículas metálicas (sinterización), la obtención de metales elásticos o la pulverización de metales.

El peso como cualidad física y el peso como tradición pierden terreno simultáneamente (¿será quizás un síntoma de la nueva espiritualidad ese gusto por la levitación?).

 

PROCESOS DE FABRICACIÓN AVANZADOS, APLICADOS A LOS METALES Y ALEACIONES TANTO TRADICIONALES COMO NUEVOS:

Conformado superplástico:

Algunas aleaciones, a temperaturas del orden de la mitad de la temperatura de fusión de las mismas, pueden sufrir alargamientos superiores al 1000 por cien, sin rotura ni estricción.

Sinterizado (o pulvimetalurgia) y prensado isostático:

Son polvos finos de metales que se alean mecánicamente y con los que se obtienen aleaciones homogéneas (difusión molecular) por prensado isostático en caliente (compactación equilibrada). Se pueden conseguir aleaciones con propiedades predeterminadas teóricamente.

Forjado de precisión:

Método de forja informatizado para reducir al límite los procesos de mecanizado, al poderse obtener piezas con formas y dimensiones precisas.

Solidificación ultrarrápida:

Consiste en el enfriamiento brusco de un chorro de metal líquido mediante un gas. La estructura obtenida consta de granos finísimos (micras).

Solidificación direccional:

Se emplea para conseguir la dirección de la solidificación del metal en 1 ó 2 fases, con lo que se logran propiedades anisótropas (distintas según la dirección en que actúan o ensayan).

Soldadura por difusión:

Se logra aplicando presiones mecánicas elevadas en un ambiente inerte por alto vacío. Las temperaturas por difusión molecular son inferiores a la mitad de la temperatura de fusión del metal. Se utiliza en la obtención de metales laminados compuestos (sandwich), resistentes a la corrosión, refractarios o de alta dureza.

Soldadura por láser:

Consiste en la soldadura mediante el empleo de un haz láser de alta potencia (químico), método en investigación para la unión de aceros de alto contenido en C, de difícil soldabilidad.

Tratamientos superficiales:

- Endurecimiento superficial por transformaciones inducidas por láser.

- Implantación iónica (la introducción de iones en la superficie de un metal base es un método desarrollado para la mejora de la resistencia a la corrosión de numerosas aleaciones.

Magnetoformado:

Consiste en la deformación instantánea, en frío, de los metales no magnéticos, mediante impulsos electromagnéticos.

Hidroconformado:

Conformado de piezas en frío por alargamiento, compresión y expansión de tubos o componentes estructurales huecos, mediante la inyección de agua en el interior de los mismos a una elevada presión.

Una vez más se comprueba que la innovación en el sistema de procesado determina la interpretación del producto obtenido como material nuevo, aunque estrictamente se trate de un material descubierto hace siglos.

Nuestro interés radica en la permanencia o no de las asociaciones que han ido desglosándose en este apartado. El carácter del material, su temperamento o, por decirlo así, la energía intrínseca que lo anima y que ha impregnado nuestros sentidos tras siglos de historia, subsiste (el vínculo con el fuego como elemento simbólico parece difícil de romper); pero en constante aproximación hacia una nueva categoría de sustancias cambiantes, menos definibles, de un temperamento más contenido (surgen como resultado de una importante concentración de información). 

La tenacidad, como propiedad física que también ha contribuido a formar esa imagen vehemente del metal, se distribuye ahora como una elemento independiente, diseñado y controlado en las múltiples variedades de aleaciones y metales.

Como se ha visto con la madera, el proceso trae consigo un distanciamiento progresivo del material tal y como lo encontramos en la naturaleza, si bien en el caso de los metales siempre ha sido necesaria una elaboración previa a su utilización, las características de esos tratamientos son paulatinamente más complejos.

Por ejemplo, todo lo que normalmente llamamos hierro es en realidad acero, puesto que el hierro dulce que antes se trabajaba en la fragua ya no se comercializa. Las oscilaciones en la cantidad de carbono y aditivos presentes en esos aceros procuran una gama infinitamente variada, según los usos.

Lo que hemos denominado "carácter del metal", está fundamentado en una experiencia a través de un conjunto relativamente pequeño de sustancias.

Férreo, plomizo o argentino son adjetivos decantados de las propiedades de los metales a que hacen referencia, pero el titanio, el zirconio o el cobalto no han sugerido, de momento, calificativos semejantes; es más, sin nociones de la tabla periódica de elementos no es sencillo determinar siquiera si se trata de metales, puesto que la experiencia próxima con ellos no existe (muchos metales no existen en estado nativo en la naturaleza).

Cada vez más a menudo se observa la adaptación del metal a usos más "epidérmicos" (como corresponde a un momento cultural cegado por los brillos que él mismo genera) donde el carácter de la sustancia viene definido por su superficie y hay cabida para el lustre radiante (y un poco abollado ¿no?) del titanio del Guggenheim y el óxido compacto y chorreante del acero cortén ( 29 ) en numerosos edificios de estética postmoderna. 

Por eso, procedimientos ya conocidos, como los de galvanotecnia, y nuevos, como la pulverización de metales con arco ( 30 ), manifiestan un crecimiento considerable. Así, la galvanoplastia es el procedimiento más exacto para la reproducción metálica de superficies (en ella se transportan los iones metal de un ánodo a un modelo: proceso electrolítico). 

En la pulverización de metales con arco se licúa el material y se proyecta en estado muy caliente con pistolas especiales, de forma análoga al pintado con pistola. ( 31 ) Incluso el mantenimiento de la forma, característica ligada al metal (al menos fuera de temperaturas extremas), puede llegar a dejar de ser representativa de esta familia de materiales: productos de nombre tan desconcertante como las "aleaciones con memoria de forma" muestran propiedades casi inverosímiles.

"Tienen la capacidad de recordar unas formas específicas a las que son capaces de volver (incluso venciendo esfuerzos en contra) al alcanzar unas temperaturas determinadas." (J,M. Guilemany - F.J. Gil ( 32 ))

La tenacidad del metal se doblega, o mejor, se transforma y gestiona, facilitando la domesticación de esa condición aparentemente indomable a la que habíamos hecho referencia.


( 29 ) Acero con un pequeño porcentaje de cobre, fósforo, cromo y níquel, silicio y molibdeno. Ofrece una gran resistencia a la corrosión al formar con rapidez una capa de óxidos, impermeables y muy adherentes, bastante homogénea, que lo protege de la exposición al aire.

( 30 ) Diferente proceso del reseñado en el anterior cuadro informativo con el nombre de pulvimetalurgia.

( 31 ) R. Simmonds. "Pulverización de metales con arco para la construcción de moldes". Revista Plásticos Universales, segunda época nº1, enero-febrero 1990.

( 32 ) J.M. Guilemany y F.J. Gil, "Procesos de adiestramiento en materiales con memoria de forma", en la revista DYNA nº 8, Bilbao, noviembre 1989 (p. 26)

"Este efecto está fundamentado en una transformación en estado sólido que se conoce como transformación martensítica termoelástica (...). Esta transformación es reversible y tiene lugar mediante un movimiento coordinado de los átomos, produciéndose una reordenación atómica sin difusión." (Ibídem)


 

Las imágenes del esforzado trabajo en la forja o en la fundición tradicional van cediendo su lugar a la de depurados instrumentos de laboratorio, donde la química está muy presente.

 

      

Gafas con montura realizada en una aleación metálica con memoria de forma.

 

Escultura realizada en aleación con memoria de forma, que cambia de posición según la temperatura del entorno.

 


Apéndice.

METALES Y ALEACIONES.

Metales férreos:

- Fundiciones dúctiles: De baja proporción en carbono pero de propiedades mecánicas similares a las de los aceros. Se emplean en la obtención de piezas unitarias de grandes dimensiones y de complicado diseño.

- Aceros microaleados: Aceros al carbono con pequeñas adiciones (Max. o,1 por ciento) de elementos aleantes (Ni, Cr, Mo, V, etc...) y, en consecuencia económicos.

Pueden alcanzar altas resistencias mecánicas y buenas ductilidades.

- Aceros superlaminados: Obtención de laminados, partiendo de gruesos palastros de acero dulce, de espesores de hasta o,1 mm. e inferiores, por lo que se alcanzan coeficientes de conducción térmica muy reducidos.

- Aceros superplásticos: El conformado superplástico permite la forja de piezas a temperaturas intermedias entre las ambientales y las próximas a las de fusión de los aceros.


Aluminio y sus aleaciones:

- Aluminio: El desarrollo del aluminio se basa en las mejoras que puedan conseguirse en la relación características mecánicas/peso, y en el ahorro energético en su obtención.

- Aleaciones convencionales de aluminio: Los elementos aleantes más utilizados son:

Si, Mg y Cu. Se estudian mejoras para obtener mayor tenacidad, mejor resistencia a la fatiga, control de piezas fundidas (defectos), métodos de unión de piezas (evolucionando hacia los pegados), superiores protecciones a los agentes externos (incluidos métodos de recubrimientos orgánicos), etc.

- Aleaciones Al/Li: Lo más importante de las aleaciones Al/Li es la posibilidad de obtención de un material de baja densidad (el litio presenta una densidad de 0,53 gr./cm3) con un alto módulo de elasticidad, es decir, materiales de muy buenas características específicas.

- Aleaciones Al/Co: Empleadas para aumentar la velocidad de deformación en varios órdenes de magnitud en el conformado superplástico.


Cobre y sus aleaciones:

- Cobre: Obtención de texturas más favorables a la deformación, que permitan laminados extrafinos. Afinado de texturas de colada para mejorar las gamas de fabricación. Estudio de la formación de capas de óxido en el agua de mar.

- Materiales formamemorizados: Son aleaciones de cobre del tipo Cu/Zn/Al, que mediante un ciclo de transformación martensítica termoelástica vuelven a su estructura inicial (memoria).

- Aleaciones Cu/Cd: Con la adición del Cd se obtienen las siguientes mejoras: aumentan las características mecánicas, el límite de fluencia [fenómeno producido por la evolución de las deformaciones lentas del material], la resistencia a la fatiga y la resistencia al desgaste del cobre.

Titanio y sus aleaciones:

Alta resistencia mecánica, bajo peso específico, elevada resistencia a la corrosión, buena estabilidad, refractariedad y resistencia a la fluencia. Se emplea sin alear y aleado (Al, V y Pa) para elevar su resistencia a la corrosión.


Zirconio y sus aleaciones:

Buenas propiedades a altas temperaturas. Las aleaciones empleadas son: Zr/Sn, Zr/Cu/Mo y Zr/Nb.


Níquel:

Se utiliza en numerosas aleaciones, especialmente en aceros especiales (inoxidables, refractarios, superaleaciones, etc.). También se aplica en la industria química.

Cobalto:

Aplicaciones: Superaleaciones, carburos cementados, herramientas de acero, imanes, pinturas y secantes, materiales de recubrimiento endurecidos, catalizadores y sector de defensa.

Superaleaciones:

Aleaciones desarrolladas para aplicaciones a muy altas temperaturas, cuando se requiere una elevada resistencia mecánica y una buena resistencia a la oxidación (corrosión). Las más importantes son las aleaciones que tienen como base el Níquel (más duras, resistentes y frágiles) y el Cobalto (de menor resistencia mecánica pero de gran rendimiento a altas temperaturas). El desarrollo y fabricación de las superaleaciones son altamente complejos.

Metales formamemorizados:

Al igual que las aleaciones Cu/Zn/Al, el Nitinol, aleación de Ni/Ti, mediante un ciclo de transformación martensítica [proceso en el que intervienen cambios muy bruscos a altas o bajas temperaturas a los que se somete la aleación], se convierte en un metal termoformamemorizado (retorno a la estructura inicial). En la actualidad es la aleación con memoria de forma más extendida.


Berilio y sus aleaciones:

Metal de altas características; el de mayor rigidez específica (módulo elástico por unidad de peso), y de empleo cada vez mayor. Aleaciones Cu/Be: En general presente en aquellas aplicaciones en que se requiera elasticidad con grandes deformaciones y en altas temperaturas.

Aleaciones Be/Al: construcción de aeronaves.


Magnesio y sus aleaciones:

Con pequeñas adiciones de elementos aleantes se obtienen aleaciones magnéticas con propiedades excepcionales (imanes permanentes).


Molibdeno:

Metal altamente refractario. Su aleación con el Hafnio (Hf), por su comportamiento a la fluencia a altas temperaturas, constituye la línea principal de investigación.


Niobio y sus aleaciones:

Las aleaciones Nb/Ti, Nb/Ge y Nb/Sb poseen propiedades superconductoras a temperaturas de 20º K.


Paladio y Platino:

El paladio y el platino son los catalizadores químicos esenciales, utilizados cada vez más en anticontaminación/automoción y plantas industriales.


Plomo y sus aleaciones:

Las aleaciones Pb/Mo tienen buenas propiedades superconductoras.


Tántalo:

Este metal posee excelentes propiedades a muy altas temperaturas, por ser muy resistente a la corrosión. Se utiliza en plantas químicas e instrumental quirúrgico.


Uranio:

Aplicaciones: combustible de los reactores nucleares (uranio enriquecido).

Proyectiles cinéticos o de hipervelocidad (uranio empobrecido).


Vidrios metálicos:

Son metales amorfos obtenidos a partir del metal fundido por un enfriamiento ultrarrápido. El metal líquido es proyectado sobre un disco de cobre giratorio enfriado por gas, lo que proporciona propiedades eléctricas y magnéticas extraordinarias. Las aleaciones que se están estudiando para obtener vidrios metálicos son, entre otras:

Pb/Si, Co/Nb/B, Fe/B/Tb/La, etc.


Wolframio:

La sinterización (pulvimetalurgia = presión + temperatura) e polvos de W con adiciones de Ni y Cu ó Ni y Fe permite la obtención de aleaciones con elevada densidad, gran dureza y muy altas resistencias mecánicas.


(Fuente: Francisco Javier Melero Columbri. Op. cit.).